¿Cómo llegamos a un acuerdo cuando tenemos intereses contrarios?

Archivo - Pareja viendo la televisión en el sofá.
Archivo - Pareja viendo la televisión en el sofá. - ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 17 marzo 2023 10:58


MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

Sentarse una tarde de domingo frente al televisor y pasar más tiempo pensando qué película ver que viendo la película es una constante en la sociedad de hoy. Esta situación empeora si se trata de una pareja y a cada uno de los miembros les gustan géneros cinematográficos diferentes: ¿Se ponen de acuerdo en una película y la ven juntos? ¿O cada uno ve "su" película favorita por su cuenta? Y cuando ven juntos la tele, ¿se turnan para elegir?

Investigadores del Centro Alemán de Primates-Instituto Leibniz para la Investigación de Primates de Gotinga han estudiado cómo los monos y los humanos coordinan y resuelven esos conflictos de intereses inherentes. En los humanos, este problema ya está bien estudiado en el contexto de la teoría de juegos. Pero, a diferencia de enfoques anteriores, ahora se ha ampliado el juego de coordinación para incluir un componente de visibilidad.

En el escenario de juego desarrollado por Sebastian Mller, Igor Kagan y sus colegas del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva y el Laboratorio de Etología Cognitiva, los jugadores podían observar a sus homólogos mientras tomaban decisiones. La investigación demostró que tanto los humanos como los monos rhesus siguen las acciones de su contraparte y las incluyen en su decisión.

Sin embargo, utilizan estrategias diferentes al hacerlo. Los humanos se coordinan en un proceso dinámico y logran un equilibrio "justo" a lo largo del tiempo ("hoy eliges tú, la semana que viene me toca a mí", por ejemplo). En cambio, los monos rhesus se coordinan de forma estática, lo que a menudo significa que uno de los dos jugadores sale perdiendo con el tiempo. Dos monos rhesus aprendieron habilidades de coordinación dinámica después de jugar con un compañero humano, pero, a diferencia de los humanos, utilizaron estas habilidades para competir (eLife).

La mayoría de las especies de primates viven en grupos sociales complejos. Para mantener unido al grupo, evitar conflictos y alcanzar objetivos tanto individuales como comunes, los miembros del grupo deben coordinar sus diversos intereses. La teoría de juegos ofrece enfoques probados para analizar el comportamiento racional en la toma de decisiones en situaciones de conflicto social, en las que el éxito de un individuo depende no solo de sus propias acciones, sino también de las de los demás.

"En muchas situaciones sociales, las interacciones no suelen tener lugar de forma secuencial o sin saber lo que hacen los demás, como en el marco de las teorías de juegos clásicas, sino abiertamente, por ejemplo cara a cara. Por lo tanto, desarrollamos un entorno de juego transparente (la Plataforma de Interacción Diádica) en el que podíamos investigar si los monos y los humanos resuelven problemas teóricos de juegos como el de 'Bach o Stravinsky', y cómo lo hacen, mientras están sentados uno frente al otro y ven los movimientos reales de los ojos, la cabeza y las manos. Queríamos saber si se comportan de forma diferente cuando pueden tener en cuenta la acción de la otra persona en su propia decisión en tiempo real", dice el neurocientífico Sebastian Mller, del Centro Alemán de Primates y primer autor del estudio.

APRENDER A COORDINAR EL COMPORTAMIENTO PARA UNA MAYOR RECOMPENSA

Al igual que el ejemplo anterior de la selección de la película del domingo, el juego 'Bach o Stravinsky' fomenta la coordinación, pero también implica un conflicto sobre cuál de las dos opciones coordinadas elegir. Resultó que la mayoría de las parejas evaluadas, ya fueran de humanos o de monos, aprendieron a coordinar su comportamiento para aumentar su recompensa. La mitad de las parejas humanas lograron una coordinación casi óptima turnándose dinámicamente para mantener un equilibrio justo de recompensas en todos los movimientos.

Los monos rhesus, en cambio, utilizaron estrategias más sencillas. No coordinaban sus movimientos dinámicamente creando un equilibrio a lo largo del tiempo, sino que coordinaban sus acciones estáticamente, por ejemplo, convergían siempre en la misma de las dos opciones, o en el mismo lado de la pantalla. Dos monos entrenados para jugar al juego con un confederado humano mostraron la capacidad de coordinar su decisión de forma dinámica y no estática, es decir, de observar al compañero humano y cambiar de opción. Sorprendentemente, tras este entrenamiento, los macacos empezaron a coordinarse dinámicamente entre sí, pero de forma competitiva: el mono que era más rápido en hacer una elección obtenía una mayor parte de la recompensa.

El estudio demostró que tanto los monos como los humanos utilizan la información sobre lo que hace el oponente para coordinar sus acciones, aunque notablemente por medios diferentes y con fines distintos. "El hecho de que los monos rhesus no hicieran turnos cooperativos de forma dinámica puede deberse a que están cognitivamente limitados para planificar a largo plazo y adoptar la perspectiva del oponente", afirma.

"Sus estrategias estáticas requieren menos recursos cognitivos y son más fáciles de coordinar. Pero también es probable que, debido a la naturaleza competitiva de los macacos, su menor influencia social normativa y el mayor valor subjetivo de las recompensas, se guíen por motivos más egoístas", afirma el director del estudio, Igor Kagany, que explica que los encuentros dinámicos cara a cara "son parte integrante de la evolución social de los primates". "Comprender cómo las dos especies utilizan la visibilidad de las acciones para lograr y mantener la coordinación arroja luz sobre la evolución de la cooperación y la competición y sienta las bases para estudiar las bases neuronales de las interacciones dinámicas", ha finalizado.