MADRID 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los lípidos dietéticos, que ya son una fuente importante de energía para los bebés prematuros, también brindan un impulso cerebral muy necesario al aumentar significativamente el volumen cerebral global, así como elevar el volumen en las regiones involucradas en actividades motoras y de memoria, según una investigación presentada durante la Reunión Anual de las Sociedades Académicas de Pediatría de 2019.
"En comparación con los macronutrientes como los hidratos de carbono y las proteínas, la ingesta de lípidos durante el primer mes de vida se vincula con un aumento del volumen cerebral global y regional en los micro-bebés prematuros", dice la científica Catherine Limperopoulos, directora de Investigación MRI del Desarrollo Cerebral en el Sistema Nacional de Salud Infantil, en Estados Unidos.
"Al usar imágenes de resonancia magnética no invasiva, vemos un aumento en el volumen en el cerebelo a las dos semanas de edad. Y a las cuatro semanas de vida, los lípidos aumentan el volumen total del cerebro y elevan el volumen regional del cerebro en el cerebelo, la amígdala-hipocampo y el tronco cerebral", añade.
El cerebelo está involucrado en prácticamente todos los movimientos físicos y permite la coordinación y el equilibrio. La amígdala procesa y almacena recuerdos a corto plazo. El hipocampo maneja la emoción y el estado de ánimo. Y el tronco cerebral actúa como un enrutador, pasa mensajes del cerebro al resto del cuerpo, y también habilita funciones esenciales como la respiración, una frecuencia cardiaca constante y la deglución.
BEBÉS VULNERABLES AL RETRASO DE CRECIMIENTO Y DETERIORO COGNITIVO
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), aproximadamente uno de cada diez bebés en Estados Unidos nace prematuro, o antes de las 37 semanas de gestación. Las regiones del cerebro que desempeñan funciones vitales en las actividades motoras y cognitivas complejas experimentan un crecimiento exponencial al final del embarazo, lo que hace que los cerebros en desarrollo de los bebés prematuros sean particularmente vulnerables a las lesiones y al crecimiento deficiente.
Estos expertos examinaron el impacto de la ingesta de lípidos en el primer mes de vida en los volúmenes cerebrales de los bebés de muy bajo peso al nacer, que pesaron 1.500 gramos o menos al nacer. Esos pequeños bebés son especialmente vulnerables al retraso del crecimiento y al deterioro neurocognitivo después del nacimiento.
El equipo inscribió a 68 bebés prematuros que tenían 32 semanas de edad gestacional y eran más jóvenes cuando ingresaron en la unidad de cuidados intensivos neonatales del Sistema Nacional de Salud Infantil durante la primera semana de vida. Midieron los macronutrientes acumulativos (carbohidratos, proteínas, lípidos y calorías) que consumieron estos recién nacidos a las dos y cuatro semanas de vida.
A lo largo de los años, el laboratorio de Limperopoulos ha acumulado una gran base de datos de bebés que nacieron a término; estos datos proporcionan información sin precedentes sobre el desarrollo normal del cerebro y ayudarán a mejorar la comprensión del desarrollo cerebral en los bebés prematuros de alto riesgo.
"Incluso después de controlar el incremento de peso promedio y otras condiciones de salud, la ingesta de lípidos se relacionó positivamente con los volúmenes del cerebelo y del tronco cerebral en los prematuros de muy bajo peso al nacer", agrega la autora principal del estudio, Katherine M. Ottolini. Según Limperopoulos, la investigación futura examinará el momento óptimo y el volumen de lípidos para estimular el desarrollo neurológico de los prematuros.