Lipedema y linfedema: Diferencias y tratamientos de dos patologías que aumentan el volumen en brazos y piernas

Archivo - Mujeres con lipedema.
Archivo - Mujeres con lipedema. - AECEP - Archivo
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Publicado: lunes, 20 octubre 2025 15:04

MADRID 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

El jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, Pablo Gallo González, ha advertido que el lipedema y la linfedema son dos enfermedades con síntomas parecidos, pero que no se deben confundir, a fin de alcanzar un diagnóstico temprano que evite complicaciones como fibrosis o lipo-linfedema, que combina ambas.

Ambas patologías causan un aumento de volumen en brazos o piernas, pero "el lipedema se debe a un exceso de grasa dolorosa y simétrica que respeta manos y pies; la linfedema, en cambio, es una acumulación de linfa que tiende a afectar también esas zonas y genera más tensión que dolor", ha detallado el doctor.

En concreto, el lipedema es un trastorno crónico de la distribución de la grasa que suele aparecer o agravarse en etapas de cambios hormonales como la pubertad, el embarazo o la menopausia. Sus síntomas incluyen dolor al tacto, hematomas frecuentes, pesadez, fatiga y piel blanda con nódulos. Esta grasa no responde a dietas ni ejercicio, lo que genera frustración en las pacientes.

Por su parte, el linfedema es una alteración del sistema linfático que se produce cuando los vasos están dañados, malformados o bloqueados. Puede ser primario, de nacimiento, o secundario a cirugía oncológica, radioterapia, infecciones o traumatismos. Se manifiesta con hinchazón persistente, generalmente asimétrica, que puede incluir pies o manos, así como tirantez cutánea, endurecimiento progresivo de la piel y puede presentar episodios de infecciones cutáneas recurrentes.

DIFERENCIAS CLAVE EN CONSULTA

El diagnóstico de ambas patologías se realiza mediante historia clínica detallada, exploración física y, si es necesario, pruebas de imagen como eco-Doppler, linfogammagrafía o resonancia magnética.

En este sentido, Gallo ha explicado que el signo de Stemmer, una prueba que se realiza pellizcando la piel del dorso de los dedos del pie, es negativo en lipedema y positivo en el linfedema. Además, la distribución del aumento de volumen es simétrica en lipedema y asimétrica en linfedema. Si se realiza una elevación de la pierna, esta apenas mejora el lipedema, mientras que sí reduce la hinchazón en fases iniciales de linfedema.

En cuanto a su tratamiento, el especialista ha señalado que debe ser personalizado. En el caso del lipedema, incluye fisioterapia, terapia compresiva, ejercicio adaptado y, en casos avanzados, liposucción selectiva, todo ello con el objetivo de reducir la grasa dolorosa y mejorar la movilidad.

En linfedema, consiste en drenaje linfático manual, prendas de compresión específicas y, en determinados casos, microcirugía o trasplante ganglionar, a fin de controlar la hinchazón, prevenir infecciones y preservar la función de la extremidad.

Pablo Gallo ha llamado a los pacientes a informarse acerca de las enfermedades para evitar llegar tarde a la consulta o tras haber probado tratamientos ineficaces. "Detectarlas a tiempo cambia por completo la evolución y la calidad de vida de los pacientes", ha finalizado.

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