El libro 'El detective en el supermercado' asegura que las "abuelas" sabían más de alimentación sana que la ciencia

Actualizado: viernes, 13 febrero 2009 12:41

MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

El libro 'El detective en el supermercado', del estadounidense Michael Pollan, asegura que las "abuelas" sabían más de alimentación sana que los científicos. "Cuanto más estudios sobre nutrición, más me doy cuenta de que lo que es sencillo es lo más saludable", declaró Pollan, que es periodista especializado en alimentación y colaborador del diario New York Times.

'El detective en el supermercado' (Temas de Hoy) ya vendió más de 400.000 ejemplares en todo el mundo y fue traducido a 24 idiomas. La obra trata un problema al que actualmente se enfrentan todas las sociedades modernas industrializadas: el de la Dieta Occidental, que consiste en una alimentación rica en productos procesados, como la harina blanca y el azúcar refinado.

Pollan, que recientemente presentó en el Festival de Berlín el exitoso documental 'Food Inc.', cuestiona cómo podemos escapar de la epidemia de enfermedades crónicas, como obesidad, diabetes, cardiopatías y varios tipos de cáncer que tienen su origen en nuestra actual dieta. "Un 40 por ciento de los casos de cáncer se dan a raíz de una mala alimentación", subrayó el autor.

SIETE REGLAS En el libro no hay consejos nutricionales, de combinación de alimentos o sobre la ingesta de calorías. Sin embargo, el autor predica siete "reglas" para un dieta sana, como, por ejemplo "no comer nada que tu bisabuela no reconocería como comida". "Es necesario hacer las compras imaginando que ella está a tu lado", bromeó Pollan, que también recomienda "evitar los productos alimenticios que exhiban afirmaciones de propiedades saludables".

"Parece paradójico, pero los productos que anuncian 'no tener grasa', o cosas similares, están en paquetes, es decir, han sido procesados y no son frescos", justificó, citando a empresas como Nestlé o General Meals como algunos de estos "malos" ejemplos.

Pollan aconseja "salir del supermercado lo antes posible", dando preferencia a los mercados tradicionales y negocios, como las carnicerías. Pero, si no es posible, se debe evitar las islas que se sitúan en el espacio central del supermercado. "Los alimentos más saludables, los que caducan rápidamente, se encuentran en la periferia del supermercado porque son más frescos", precisó.

Otro punto de su "manifiesto" es "evitar los productos que contengan más de cinco ingredientes, ingredientes desconocidos o ingredientes impronunciables", sustituyéndolos por "vegetales, sobre todo los que tengan hojas". Además, Pollan pide para que sus lectores "no adquieran 'combustible' para sí mismos en el mismo lugar al que llevan su coche". "En las gasolineras no se vende nada saludable", matizó.

DIETA MEDITERRÁNEA

Además de los supermercados, Pollan atacó también a restaurantes "modernos" y defendió la "dieta mediterránea". "Los europeos tenéis que protegerla del crecimiento de la comida rápida", advirtió, recordando que recientemente los países mediterráneos han solicitado a Naciones Unidas el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad a este tipo de alimentación. "Es tan importante como vuestro idioma o vuestro arte", sentenció.

En el libro, Pollan propone un camino alternativo de comer que está inspirado en la tradición y la ecología, alertando que la salud personal no puede estar separada de la salud de la cadena alimenticia de la que formamos parte. La vuelta a la agricultura local y a los mercados de agricultores; el renacimiento de la cocina regional y las tradiciones culinarias; una campaña para erradicar la comida basura de los colegios y el movimiento nacional para la reforma de las políticas agrarias son algunas de las ideas presentadas en la obra.

El gran mensaje que Pollan quiere transmitir es que "la ciencia aún no ha comprendido totalmente los efectos de la alimentación" y que "se sabe que hace 30 ó 40 años moría menos gente por enfermedades crónicas que hoy". "Gran parte de estos resultados se deben a los cambios en la alimentación", sentenció. "Con la crisis, es un reto evitar los alimentos procesados, pero hay que recordar que cocinar puede salir más barato", aconsejó.

"Las personas están confundidas. No se sabe lo que es peor, si es la grasa, los hidratos de carbono o el azúcar, pero lo que es cierto es que el gran problema es la Dieta Occidental", concluyó el también autor de libros como 'The Omnivore's Dilemma: A Natural History of Four Meals', considerado uno de los diez mejores libros publicados en 2006 en Estados Unidos.