MADRID 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores han detectado lesiones de neoplasia intraepitelial pancreática (NIPP) en la mayoría de los páncreas sanos de donantes fallecidos de diversas edades y albergaban características de cáncer de páncreas, lo que indicaría que estar lesiones pueden ser más frecuentes de lo que se pensaba, según publican en 'Cancer Discovery', revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
El cáncer de páncreas es una enfermedad rara pero muy mortal, con una tasa de supervivencia relativa a cinco años del 11,5%. Con pocos síntomas tempranos, suele diagnosticarse en estadios avanzados, cuando es más difícil de tratar. El cáncer de páncreas puede ir precedido de varias lesiones precancerosas, como las PanIN, las neoplasias mucinosas papilares intraductales y las neoplasias quísticas mucinosas.
"Entender cómo evoluciona el tejido pancreático en su transición de normal a precanceroso y a canceroso será clave para identificar estrategias de detección precoz, prevención y tratamiento del cáncer de páncreas --afirma la doctora Marina Pasca di Magliano, coautora del estudio, investigadora del Rogel Cancer Center y profesora de cirugía y de biología celular y del desarrollo en Michigan Medicine de la Universidad de Michigan (Estados Unidos)--. Por desgracia, ha sido difícil comprender las características basales del páncreas debido a la falta de tejido pancreático normal disponible para la investigación".
El doctor Timothy Frankel, coautor del estudio e investigador del Rogel Cancer Center y profesor asociado y cirujano oncólogo de Michigan Medicine, apunta que, "dado que no hay motivos para biopsiar o resecar un páncreas fisiológicamente normal, los investigadores han tenido que basarse en el tejido que rodea a los tumores pancreáticos como el denominado normal".
"Sin embargo, está claro que el tejido adyacente a los tumores tiene un aspecto muy anormal y no es un sustituto fiable del verdadero tejido pancreático sano", añade.
Para caracterizar el tejido pancreático normal, los autores se asociaron con Gift of Life Michigan para obtener páncreas sanos de 30 donantes fallecidos recientemente para los que no se habían identificado receptores de trasplante adecuados.
Dado que los páncreas se donaron tras la muerte cerebral, se mantuvo el flujo sanguíneo hasta que se pudo resecar el órgano y enfriarlo inmediatamente, lo que limitó el tiempo de isquemia caliente y ayudó a preservar el perfil celular y transcriptómico del tejido.
Los donantes tenían entre 20 y 70 años en el momento de la muerte y no padecían ninguna enfermedad pancreática. Hubo 20 donantes varones y 10 mujeres. Aproximadamente dos tercios de los donantes eran blancos, aproximadamente un tercio eran afroamericanos, un donante era asiático y un donante era de raza desconocida.
Utilizando tejido recogido de varias regiones del páncreas, los investigadores realizaron análisis histopatológicos, que revelaron la presencia de PanIN en 18 de los 30 páncreas de donantes, que representaban a todos los grupos de edad y raza.
El análisis del tejido inmediatamente circundante a las lesiones PanIN mostró que el microambiente PanIN era rico en fibroblastos, células mieloides y células T, lo que lo hacía distinto del tejido pancreático histológicamente normal.
Para entender cómo se comparaban las lesiones PanIN de donantes sanos con los tumores de páncreas, los autores compararon el microambiente y la expresión génica de las PanIN con datos publicados anteriormente de células de cáncer de páncreas.
Descubrieron que las PanIN y los tumores de páncreas tenían microambientes distintos pero patrones de expresión génica similares. En comparación con el microentorno de las PanIN, el microentorno tumoral tenía niveles más bajos de células acinares y endoteliales y una mayor proporción de macrófagos y células T CD4+.
"Al analizar páncreas verdaderamente normales, descubrimos que las PanIN se encontraban comúnmente en individuos de diversas edades y razas, y que podrían haber adquirido ya algunas características de las células malignas --resume Eileen Carpenter, autora del estudio e investigadora del Rogel Cancer Center, gastroenteróloga y profesora adjunta de Michigan Medicine--. Dado que el cáncer de páncreas es extremadamente raro, la aparición generalizada de PanINs en individuos de diversas edades y razas desafía el paradigma de que las PanINs siempre evolucionan a cáncer".
"Los esfuerzos previos en la detección precoz se han centrado en encontrar las lesiones PanIN, con la suposición de que los individuos con PanINs serían los que estarían en riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, pero nuestros hallazgos sugieren que hay factores adicionales implicados", añade Frankel.
"Comprender por qué algunas PanIN evolucionan a cáncer y otras no será importante para predecir con exactitud quién corre riesgo de padecer cáncer de páncreas y desarrollar técnicas de intercepción del cáncer --concluye Pasca di Magliano--. La composición de los microambientes que rodean a las PanIN podría ser un factor clave".