MADRID 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de personas hospitalizadas con enfermedad renal crónica (ERC) concluye que la lesión renal aguda (LRA) no predice el empeoramiento de la trayectoria de la función renal una vez que se han tenido en cuenta las diferencias en las características previas a la hospitalización, según publican los investigadores en la revista 'Annals of Internal Medicine'.
Por el contrario, los autores sugieren que gran parte de los determinantes del deterioro más rápido de la enfermedad renal observado tras la LRA pueden estar ya presentes antes de la LRA.
Muchos creen ahora que la LRA es un factor de riesgo independiente de pérdida acelerada de la función renal. Esto ha dado lugar a cambios en el enfoque de la investigación, los patrones de práctica y los objetivos de salud pública.
Sin embargo, los estudios previos que asociaban la LRA con una pérdida posterior más rápida de la función renal tenían limitaciones metodológicas, como un control inadecuado de las diferencias entre los pacientes que tenían LRA y los que no.
Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) y sus colegas de la Cohorte de Insuficiencia Renal Crónica (estudio CRIC) analizaron los datos de 3.150 personas con ERC para determinar si la LRA se asocia de forma independiente con la trayectoria posterior de la función renal.
Los datos mostraron 612 LRA en 433 personas con ERC durante una mediana de seguimiento de 3,9 años. Tras ajustar las características de los pacientes, como la pendiente de la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) previa a la hospitalización y el nivel de proteinuria, la LRA no predijo el empeoramiento de la trayectoria posterior de la función renal.
En cambio, los autores destacan que sus resultados muestran que gran parte de la enfermedad renal observada tras la LRA puede estar ya presente antes de la LRA. Recomiendan que los médicos se centren en aplanar la pendiente del FGe y tratar la proteinuria. Los autores reconocen que el diagnóstico de LRA ofrece la oportunidad de identificar a los pacientes de alto riesgo y aplicar intervenciones basadas en la evidencia para ralentizar la progresión de la ERC.