MADRID 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
La lepra, también conocida como enfermedad de Hensen, registra cerca de 245.000 nuevos episodios cada año, según los datos recogidos por la Fundación Fontilles, de los que se desprende que, en España, el mal está "prácticamente erradicado" en la actualidad, con una media de sólo 20 casos anuales.
A pesar de la evolución que ha experimentado la lucha contra la enfermedad, desde que en la década de los 80 la Organización Mundial de la Salud (OMS) apostó por la 'multiterapia' (combinación de diversos tipos de fármacos) como remedio último contra la lepra, a juicio de los expertos, "está lejos de ser erradicada". "Prueba de ello es que en países en desarrollo, como la India, a día de hoy, hay 134.000 nuevos afectados", han explicado.
Con motivo del 'Día Mundial contra la Lepra', que se celebra el próximo domingo, los responsables de la fundación han destacado, en una rueda en prensa, que, a pesar de que en la actualidad la enfermedad tiene cura y presenta un escaso contagio si es debidamente tratada, sigue siendo una de las patologías "más estigmatizadas" por los prejuicios sociales y el desconocimiento.
"Según los datos más recientes de que disponemos, a finales del primer cuatrimestre de 2010, 141 países (38 africanos, 36 americanos, 27 del Mediterráneo oriental, 35 del Pacífico Occidental y 10 asiáticos) enviaron a la OMS notificaciones sobre la aparición de nuevos casos de lepra", ha señalado la técnico sanitario en Proyectos de Cooperación de Fontilles, Fátima Moll.
No obstante, la experta ha aclarado que, en conjunto, el Sudeste asiático presenta la mayor concentración de nuevos enfermos con 166.115 casos. Le siguen América (40.474), África (28.935), el Pacífico occidental (5.243) y el Mediterráneo oriental (4.029).
"Todavía hay lugares en los que los enfermos de lepra siguen viviendo en condiciones infrahumanas y son marginados por la sociedad a causa de su enfermedad", ha apuntado la experta, que ha señalado que 16 países del mundo registran el 93 por ciento de todos los nuevos casos que surgen anualmente (Bangladesh, Brasil, China, R.D. Congo, India, Etiopía, Indonesia, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nepal, Nigeria, Filipinas, Sri Lanka, Sudán y Tanzania).
LA IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO PRECOZ
En opinión de Moll, lo más importante, en estas zonas, es garantizar el diagnóstico precoz de la enfermedad, para poder tratarla a tiempo y evitar que se genere una discapacidad en el paciente que le impida retomar su vida con total normalidad. "Uno de los retos de la OMS, de cara al nuevo periodo 2011-2015, es dar a conocer la sintomatología de la enfermedad en las zonas endémicas, de modo que los enfermos puedan comunicarlo a las autoridades sanitarias y recibir el tratamiento adecuado", ha afirmado.
"Lamentablemente, en países como China o Burundi, entre el 20 y el 22 por ciento de los casos que se detectan no se diagnostican hasta que el mal está en un estado muy avanzado y los pacientes muestran un 'Grado 2' de discapacidad (discapacidad visible)", ha añadido la especialista. No obstante, ha recordado que, desde hace varios años, todos los Gobiernos de países donde el mal es endémico han asumido un fuerte compromiso con su eliminación.
TRATAMIENTO AMBULATORIO EN ESPAÑA
Según los expertos, en España, a lo largo de 2009, se comunicaron 17 nuevos casos de lepra, de los que 18 no eran auctóctonos. El hecho de que en países desarrollados sigan apareciendo muestras de la enfermedad se debe, en gran medida, a la inmigración de personas que provienen de países más pobres, a la pobreza, debido a las malas condiciones higiénicas y de alimentación, y al largo periodo de incubación del bacilo, a veces de más de 15 años, que hace que personas que en su día estuvieron en zonas endémicas lo desarrollen años después.
"A pesar de ello, en nuestro país la lepra está prácticamente erradicada y los enfermos son sometidos a un tratamiento ambulatorio, lo que significa que no son internados en sanatorios, como antaño, sino que, una vez que se les diagnostica el mal, reciben el tratamiento en un centro médico durante entre seis y doce meses y, una vez curados, siguen un control esporádico", ha concluido.