MADRID 17 Ago. (EDIZIONES) -
Leer es uno de los mayores placeres que puedes concederte. Pero no sólo nos puede ayudar a la hora de distraernos de nuestros quehaceres cotidianos, de entretenernos y de disfrutar de una bonita historia; la lectura también puede ser una gran aliada a la hora de mejorar nuestra salud. Puede alimentar o ayudar en el bienestar de un paciente que está atravesando una enfermedad.
Así lo asegura la psicóloga Begoña Ibarrola, quien recientemente acaba de ofrecer una conferencia en el Congreso Nacional de la Asociación Española de Pediatría, sobre la importancia de la lectura en los más pequeños para su desarrollo cerebral.
Según revela en una entrevista con Infosalus esta experta en educación emocional, el cuento tiene distintas funciones. Entre ellas menciona la de estimular la fantasía o la imaginación; además de otra lúdica, la de entretener y divertir a los niños o no tan niños, ya que los cuentos deben enganchar al lector.
"Hay otras menos entendidas, como su función terapéutica. La lectura puede aportar una serie de orientaciones y de claves al lector a la hora de actuar en su propia vida. Otra función es la educativa, y otra la ética porque todo cuento transmite valores y enseñanzas. Se podrá estar de acuerdo o no con estos valores pero normalmente detrás de cada cuento hay una enseñanza que a ese adulto o niño se le queda", resalta la especialista y terapeuta infantil.
¿QUIÉN NO HA LEÍDO EL MISMO CUENTO A SUS HIJOS?
En este contexto, la psicóloga infantil hace hincapié en la importancia de leer un cuento a los niños todas las noches, especialmente cuando son más pequeños. ¿Quién no ha leído el mismo cuento a sus hijos todas las noches y más de una vez? Aunque a priori pueda suponer una lata para los padres, Ibarrola explica que los niños solicitan a los padres que les lean el mismo cuento una y otra vez porque "los cuentos son como una cebolla con distintas capas".
Según indica, en una primera capa o primera fase los niños entienden la historia, quieren averiguar qué es lo que sucede; pero luego, una vez que conocen la historia, piden volver a oírla porque quieren anticiparse a lo que va a suceder, como por ejemplo a ese momento de miedo, de tensión o de conflicto, porque ya lo conocen. "Es un buen método para mejorar el autocontrol emocional", precisa.
A su vez, argumenta que la lectura en edad infantil es buena para su salud porque así los niños comprenden cómo funciona el mundo, cómo funcionan las relaciones personales, y pueden relacionar aspectos del cuento con su propia vida. "Los niños a partir de los 3 escuchan el cuento y se meten dentro de la historia, la comparan con su vida. A medida que se va leyendo el mismo cuento se refuerzan los valores, las enseñanzas o los datos sobre el mundo que le da el cuento al niño", aprecia la psicóloga.
GESTIONAR LAS EMOCIONES A TRAVÉS DE LA LECTURA
Asimismo, Ibarrola defiende que la lectura es muy importante en la infancia puesto que puede enseñarles a gestionar las emociones del día a día con la que se irán haciendo frente conforme van creciendo. "Las emociones influyen, son reacciones con una carga fisiológica muy importante, y surgen como respuesta a diferentes tipos de estímulos, algunos externos, a cosas que nos pasan a nuestro alrededor, pero otros internos como recuerdos. Todas las emociones sirven para algo, algunas nos hacen sentir mejor y otras peor", incide.
En este sentido, la terapeuta emocional llama la atención sobre el hecho de que en muchos casos los factores psicológicos y sociales inciden en la respuesta de nuestros sistemas inmunológico, endocrino y nervioso, y que pueden causar enfermedad. "A veces los niños llegan a la consulta y aparentemente no se les encuentra el origen físico de su enfermedad, pero sí se sabe que están así al somatizar un problema emocional", remarca.
Por otro lado, destaca que la Neurociencia ha descubierto que leer el mismo libro repetidas veces a un niño es muy importante a la hora de su desarrollo cerebral porque se fortalecen las conexiones neuronales. Asimismo, ensalza las últimas investigaciones sobre las neuronas espejo, vistas a través de escáneres cerebrales realizados sobre niños leyendo un cuento, en los que se aprecia que ese menor tiene activadas las zonas cerebrales que serían usadas para procesar situaciones similares en la vida real.
"Esta posibilidad de neuronas espejo y otras demuestran que los lectores, cuanto más leen, se expanden sus experiencias diferentes. A medida que se lee se incorpora a nuestro bagaje de experiencias no sólo de experiencias personales sino también las de los personajes que leemos", agrega.
Por ello, la psicóloga Begoña Ibarrola resalta que, ya que la lectura puede potenciar el bienestar, ésta debería estar presente en todos los hospitales y consultas, donde hay mucho miedo y tristeza.
Además, ve bueno que los niños lean todos los días un cuento, y que los adultos disfruten a diario de un capítulo de un libro que les guste. "El meterte dentro de la novela, del espacio de paz que nos concede esa lectura, es crear un espacio bueno para la salud", sentencia Ibarrola.