MADRID, 18 Nov. (EDIZIONES) -
Durante años, la mujer ha cargado con el peso de la infertilidad. Pero los estudios más recientes revelan que la calidad del esperma, los hábitos del varón, y su edad también influyen decisivamente en el éxito de un embarazo. Hablamos con una experta en reproducción asistida que desmonta mitos, explica por qué cada vez hay más casos sin causa aparente, y comparte las claves emocionales para afrontar un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) sin culpa, ni miedo.
Laura Gomila es ginecóloga y experta en fertilidad avanzada, en reproducción asistida. Hoy, mamá de dos niños, también tuvo que someterse a tratamientos de fertilidad, y como experta en la materia por ambos lados ha decidido publicar 'El diario de mi fecundación in vitro' (Arcopress), una herramienta de acompañamiento para las parejas durante este proceso.
Actualmente, una de cada seis parejas sufren esterilidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es decir que no pueden conseguir un embarazo tras 12 meses de relaciones sexuales sin protección. Cuenta en su libro esta ginecóloga que las causas de la esterilidad pueden ser varias, si bien la edad de la mujer suele ser la que más peso tiene, puesto que con el paso del tiempo la calidad y cantidad de óvulos disminuye.
PRINCIPALES CAUSAS DE ESTERILIDAD
Así, precisa que el 30% de las causas de esterilidad en la pareja son debidas a factor femenino, pero recuerda también que otro 30% se corresponde con el factor masculino; otro 30% a causas mixtas (por ambos lados); y en el 10% restante no se logran identificar esas causas responsables de la esterilidad, lo que se llama 'esterilidad de origen idiopático'.
La doctora Gomila precisa aquí que, en el caso de la esterilidad femenina, ésta puede ser debida a una baja reserva ovárica, pero también a una baja calidad de los óvulos, a una obstrucción en una o ambas trompas de Falopio, al síndrome de ovario poliquístico que altera los ciclos menstruales, fruto de una endometriosis, a factores inmunológicos que impiden la correcta implantación o bien a un cariotipo alterado.
En el hombre menciona alteraciones en la calidad del semen, a una vasectomía previa (se emplea la biopsia testicular), así como a un cariotipo alterado. En la esterilidad mixta habla de parejas que combinan causas de esterilidad femenina y masculina. "Es importante señalar que las parejas con esterilidad de origen idiopático de menos de dos años de evolución, y edad de la mujer menor a 36 años tienen buen pronóstico cuando se someten a tratamientos de reproducción asistida", agrega.
MUY COMUNES EL MIEDO Y LA CULPA
Con ello, esta ginecóloga reconoce que en estos procesos es muy común el sentimiento de culpabilidad de la mujer, porque hasta hace pocos años el factor masculino era el gran desconocido, si bien recuerda que ahora hay más estudios e información que justifican la importancia de cuidar tanto los hábitos alimentarios en el varón, como el estilo de vida, y no hacer deporte en exceso, por ejemplo porque "todo puede afectar a la calidad de los espermatozoides".
Dice que, incluso, se está empezando a evidenciar a nivel científico que a mayor edad del varón, a partir de los 45 años, ya sólo por la edad, puede haber una fragmentación elevada del ADN espermático, de manera que es de peor su calidad de semen, y por muy joven que sea el ovulo, se dé lugar a embriones de peor calidad, lo que termina por representar un motivo de esterilidad y de abortos en una pareja.
UN TESTIMONIO EN PRIMERA PERSONA
En el libro defiende precisamente que ser "madre empieza mucho antes del positivo", y resalta en nuestra entrevista con Europa Press Salud Infosalus y es que el deseo de ser madre o padre nace de dentro de una persona: "Es un sentimiento muy instintivo que cuando nos cuesta se escapa de nuestro control. Hoy en día me cuesta algo dinero o esfuerzo, pero lo consigo. Esto se escapa del control total, y por eso puede ser frustrante y estresante".
"Les diría a todas las parejas que están a punto de empezar un tratamiento de fecundación in vitro que es un camino maravilloso, y en el que van a poder ser espectadores o partícipes de su futuro hijo desde la unión de dos células y su división, del desarrollo embrionario. También, que puede ser un proceso duro, y en el que a veces se consigue relativamente rápido, pero que, en otras ocasiones, a medida que vamos cubriendo las etapas de este tratamiento, nos encontramos con dificultades añadidas. Al final, con estos tratamientos, empezamos muy esperanzadas pero puede ser un camino muy duro a nivel emocional", remarca esta ginecóloga experta en reproducción asistida.
A su juicio, hay dos momentos críticos en este proceso. Señala que el primero es la espera después de la transferencia del embrión de 10 días hasta poder hacer la analítica y saber si estás embarazada o no. "Se trata de un periodo de tiempo en el que vives con mucha ilusión pensando en que estás cerca y deseas que se implante y que sea positivo, pero a la vez te invaden muchos miedos porque si llegas a esta fase del tratamiento llevas mucho tiempo luchando y buscando ese embarazo deseado, y hay miedo por si no va bien".
Otro momento para ella crítico y que está en las parejas y que, de entrada, no son tan conscientes es el desarrollo embrionario, que parte de juntar en el laboratorio el óvulo y el espermatozoide, y a partir de aquí dejar en un incubador esperando a que se desarrolle el embrión hasta 5-6 días. "Es un periodo en el que hay una selección natural de estos embriones y quizás habías empezado con 10 óvulos pero lo normal es que lleguen 2-3-4 embriones hasta el desarrollo final. Es un proceso normal y natural, pero es duro como paciente y como padre", subraya Laura Gomila.
En el libro también aprovecha para hacer hincapié en la importancia de mantener unos buenos hábitos de vida en la pareja, para una mejor calidad del óvulo y del espermatozoide: "Según qué hábitos alimentarios tengas podrás tener un ambiente más oxidativo o inflamatorio a nivel de tu cuerpo que haga que el microambiente ovárico sea desfavorable y se tenga una peor calidad de los óvulos. Por otro lado, que el endometrio presente un estado inmunológico que impida una correcta implantación del embrión".
Por eso, insiste esta ginecóloga, en seguir una dieta lo más antiinflamatoria posible y antioxidante para favorecer el ambiente, con menos estrés oxidativo y radicales libres, para mejorar calidad del óvulo, y también favorecer la recepción del embrión. "Y si además se toman alimentos ricos en prebióticos y probióticos se favorecerá la implantación del embrión", puntualiza.
Finalmente, destaca la importancia de la gestión del estrés durante este proceso. Tal y como argumenta, el estrés puede influir en la fertilidad desde varios puntos de vista porque aumenta el cortisol y dificulta el correcto funcionamiento hormonal y metabólico del sistema, del organismo; y, por otro lado, dice que el estrés interfiere mucho en cómo vive una paciente el proceso, de forma que si consigue gestionar bien el estrés esa persona conectará mejor consigo misma, vivirá el proceso de manera menos traumática, más natural, y todo esto hará que el tratamiento se viva desde otra perspectiva.