"Debemos ser conscientes de los sesgos y no saltar a conclusiones precipitadas cuando una mujer presenta múltiples síntomas"
MADRID, 17 Nov. (EDIZIONES) -
Hablar de salud reproductiva femenina sigue siendo incómodo en muchos ámbitos, incluso en la medicina. Mitos como que 'el dolor menstrual es normal', o la falta de investigación sobre enfermedades como la endometriosis perpetúan desigualdades que afectan hoy en día a millones de mujeres.
La ginecóloga Karen Tang, referente en derechos reproductivos, explica por qué la educación, la ciencia, y una mirada con perspectiva de género son claves para cambiar el futuro de la salud de las mujeres. Durante una entrevista con Europa Press Salud Infosalus reconoce que en la actualidad sigue siendo muy habitual el encontrarse con personas que piensan que la salud reproductiva, especialmente la salud de la mujer, es un tabú, algo que da vergüenza, algo que lleva a muchos de los mitos que rodean este ámbito, así como a la desinformación.
Con motivo de la publicación de 'No es histeria. Todo lo que siempre quisiste saber sobre tu salud reproductiva (y nunca te contaron)' de Diana, señala que uno de los mitos más habituales es que 'el dolor es normal y habitual y simplemente hay que tolerarlo'. "El dolor durante el periodo, el dolor durante el sexo, son cosas que se siguen perpetuando. Pensamos que son normales y es un error, cuando hablas con amigos, con familiares, incluso a veces por parte de los médicos", lamenta esta ginecóloga.
QUE SEA UN TABÚ INFLUYE EN QUE HAYA MENOS INVESTIGACIÓN
El tabú en torno a la salud reproductiva existe también en el sistema sanitario, tal y como afirma, porque muchos médicos piensan en la salud de la mujer como en molestias, pero no en temas médicos serios, como el cáncer, los sufrimientos cardiovasculares, o la diabetes.
"Así que no hay mucha investigación, formación, ni financiación, ni tampoco educación al respecto.Y esto a veces lleva a no tener tan buena información y por lo tanto, deja más espacio a que haya confusiones y simplemente a perpetuar mitos. Hay cosas para las que hay algoritmos, tratamientos, y si tienes un determinado resultado, se hace una determinada cosa", mantiene Karen Tang.
En este sentido, destaca que la educación es muy importante tanto para los profesionales de la medicina como para el público: "Siempre digo que cuando hay ausencia de buena información y de hechos y gente sintiéndose realmente cómoda con la información que les cuentan, se abre la puerta a que entre muchas personas digan lo que quieran decir, incluso si están completamente equivocados. Y esto pasa mucho con el mundo de la salud de la mujer. Las personas simplemente hablan, dan información sobre el sexo, y los medios anticonceptivos como si fuesen hechos, pero no lo son".
Por ello cree que es muy importante que los profesionales se formen, aprendan e identifiquen algunos lugares o ámbitos en los que falta investigación científica, o en los que no estamos prestando atención a las quejas de los pacientes, como la premenopausia, la menopausia, la endometriosis, para que los profesionales sanitarios no se pierdan un diagnóstico; al mismo tiempo que ve necesario aumentar la formación entre los pacientes.
"El dolor durante el sexo, por ejemplo, saber que no es normal, y que hay cosas que se pueden hacer al respecto, y que puedes pasar simplemente de, voy a sufrirlo en silencio, yo sola, a conseguir respuestas y a ver qué está ocurriendo y conseguir un tratamiento", añade esta ginecóloga.
EL PROBLEMA DE LA BRECHA DE GÉNERO
Asimismo, Tang denuncia que en la actualidad hay una enorme brecha de género en el campo de la medicina, y recuerda que, por ejemplo, el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, que es el mayor financiador de investigación médica del mundo, solamente el 10 % de su financiación va a temas vinculados con la salud de la mujer. "Y de ellos la mayoría están relacionados con el embarazo o con algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama", apostilla.
Así que durante mucho tiempo lamenta que las mujeres estaban excluidas de los grandes estudios científicos: "Hasta 1993, el Instituto Nacional de la Salud no solicitaba que se incluyeran a las mujeres en todos los estudios, así que hay muchas investigaciones, por ejemplo, de enfermedades cardiovasculares, que sólo incluían a hombres. Y si pensamos en los típicos síntomas de un ataque al corazón son los síntomas en los hombres, y los de las mujeres se presentan de una forma digamos que 'atípica'".
EL CUERPO DE LA MUJER ES DISTINTO AL DEL HOMBRE
Por lo tanto, en su opinión es importante recuperar el tiempo perdido y entender que los cuerpos de las mujeres son distintos, no solamente para la ginecología, sino también para la salud cardiovascular, el metabolismo, para el envejecimiento, para la gestión del peso, con la reacción a los medicamentos, por ejemplo: "El cuerpo de la mujer es evidentemente distinto al del hombre. (...) Muchas reacciones y muchos medicamentos se han estudiado con hombres. La efectividad, los efectos secundarios, puede que sean muy diferentes en las mujeres. Eso también es algo que estamos empezando a ver ahora y nos damos cuenta de que hay muchas diferencias".
Hay que ser conscientes de los sesgos, que pueden estar presentes incluso si no nos damos cuenta: "Si una mujer viene con muchas quejas y muchos síntomas, simplemente por nuestra cultura, pensamos 'a lo mejor es hipocondriaca', o 'está muy nerviosa', cuando puede ser que haya un tema médico por detrás. Debemos ser conscientes y no saltar a una conclusión precipitada cuando tenemos a una mujer que tiene muchos dolores. Hay muchos de estos sesgos que llevamos dentro y seguramente no seamos ni conscientes de que tratamos distinto a una mujer que a un hombre".
Es más, esta ginecóloga advierte sobre las palabras que se emplean durante la atención a esa paciente, que pueden hacer parecer que la respuesta de la mujer es extraña y la normal es la de los hombres. "Incluso cosas pequeñas así marcan una diferencia importante en cómo de bien diagnosticamos y gestionamos a los pacientes. Y simplemente ser conscientes de que existen estas brechas en la financiación, en la investigación, en la formación", concluye Karen Tang.