Juan Antonio Madrid, experto en cronobiología: "Deberíamos evitar el horario de verano permanente"

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Infosalus
Publicado: viernes, 24 octubre 2025 8:25

   MADRID, 24 Oct. (EDIZIONES) -

   España, actualmente, comparte la hora oficial con países situados mucho más al este de Europa. De esta manera, anochece y amanece más tarde respecto de lo que debería, en concreto dos horas más tarde con el horario de verano y una con el de invierno. Esa asimetría favorece acostarse tarde, recortar el sueño en días laborables, y acumular jet-lag social.

   Así lo denuncia en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el catedrático de Fisiología de la Universidad de Murcia y experto referente en Cronobiología, Juan Antonio Madrid, coincidiendo con el próximo cambio de hora previsto para la madrugada de este sábado al domingo, y tras la propuesta lanzada por el Gobierno a Europa para que España se mantenga en el horario de invierno.

   "La evidencia internacional muestra que vivir alejado del huso horario solar se asocia a menos sueño y a peores indicadores de salud y de productividad; por eso, los expertos europeos en cronobiología y sueño recomiendan alinear lo más posible la hora oficial con la solar; lo que en nuestro caso nos debería llevar a evitar el horario de verano permanente", afirma Madrid.

EFECTOS DEL CAMBIO DE HORA EN NUESTRA SALUD

   Es más, mantiene que la desincronización crónica se asocia a menos horas de sueño durante los días de trabajo, peor rendimiento, y a más riesgo cardiometabólico, ya que tiende a aumentar el sobrepeso y a empeorar el control de la glucosa. "Además, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de un sueño de calidad no sólo importa su duración, también es muy importante la regularidad de horarios, y el momento en el que se duerme; y estos empeoran tras los cambios horarios", subraya.

   Recuerda aquí este especialista que el cambio de hora primaveral desplaza la luz de la mañana hacia la tarde, retrasando el reloj circadiano, así como el horario de la cena y de ir a dormir; reduciendo como contamos a la vez el sueño, y aumentando la somnolencia diurna. "De forma aguda se han descrito picos de accidentes de tráfico, lesiones laborales, y algunos eventos cardiovasculares tras el cambio de marzo", subraya.

   En cambio, apunta que el cambio de hora de otoño suele tener efectos más leves, ya que al retrasar el reloj una hora se recupera parte del sueño perdido, y la mayor parte de las personas se adaptan en pocos días tras el cambio. "Sin embargo, la transición puede provocar alteraciones temporales del ritmo circadiano, de insomnio, o de somnolencia, sobre todo en niños, ancianos, y en personas con trastornos de sueño", precisa este catedrático y experto en cronobiología.

CUÁNTO TARDA EL CUERPO HUMANO EN ADAPTARSE

   El cuerpo humano no se adapta de inmediato al cambio horario, según prosigue Juan Antonio Madrid, porque los relojes biológicos se ajustan principalmente con la luz solar matutina, y sólo pueden desplazarse unos 20 a 30 minutos por día. "Por eso, tras el cambio de hora, la adaptación suele requerir entre tres y siete días, aunque en algunas personas puede prolongarse hasta dos semanas", sostiene.

   Es más, destaca que la dirección del cambio horario también es importante; y de ahí que, tal y como reconoce, el paso al horario de verano (que adelanta el reloj) sea más difícil porque nos obliga a levantarnos antes de lo habitual, reduciendo el tiempo de sueño. "En cambio, el regreso al horario de invierno retrasa el reloj, lo que suele ser más fácil y hasta reparador", reconoce Juan Antonio Madrid.

   Los cronotipos, la tendencia natural a ser más matutino o vespertino dice que también es un factor determinante en esta adaptación. "Las personas matutinas --o 'alondras'-- se ajustan mejor al horario de invierno porque coincide con su inclinación natural a dormir y a despertarse temprano. Mientras, las personas vespertinas - o 'búhos'--, más frecuentes en adolescentes y jóvenes, sufren más el paso al horario de verano, ya que su reloj interno tiende a retrasarse y la luz nocturna les afecta más.

   "En general los grupos más vulnerables frente al cambio de hora, especialmente al cambio de primavera, son los adolescentes y los jóvenes (reloj más tardío), cronotipos vespertinos y trabajadores a turnos. También lo sufren más las personas con trastornos del sueño (p. ej., fase retrasada del sueño), enfermos cardiovasculares, o pacientes con alteraciones del estado de ánimo", describe este experto.

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