MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cada vez se dan más casos de insomnio crónico en personas más jóvenes, debido a factores como el estrés, las preocupaciones y otras enfermedades concomitantes, según ha advertido el responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid, Emilio Gómez, en el marco del XXIX Congreso Nacional de Medicina General y de Familia, que se está celebrando en Granada.
El insomnio afecta predominantemente a personas de edad media-avanzada, ya que este grupo de población tiende a tener una mayor fragmentación del sueño y empobrecimiento de las fases profundas del sueño predominando las superficiales, algo inherente al paso de la edad en el ser humano. Pero ahora los jóvenes también están empezando a sufrirlo.
Un tercio de la población mundial tiene problemas para dormir, cifra que se puede extrapolar a España, donde el insomnio crónico, con más de tres meses de evolución, afecta al 10 por ciento de los ciudadanos.
En España, el número de horas de media que se duerme es de 7,13, lo que se acerca al mínimo recomendado. De nuestros países vecinos, sólo nos supera Italia con 7,09, ya que Alemania, Francia y Reino Unido, entre otros, cuyos ciudadanos consiguen más tiempo de sueño que nosotros, los españoles, según ha detallado el responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid.
En cuanto a la causa que origina y perpetúa un problema de insomnio o de no dormir bien, sobre todo en personas jóvenes e incluso niños, es seguir "una mala higiene de sueño, es decir, no ser constante en los horarios de dormir y despertarse, el uso abusivo de pantallas, sobre todo, a últimas horas de la tarde-noche, una mala alimentación, falta de ejercicio físico, etc.", según ha afirmado Gómez.
Las crisis sanitaria y económica también han influido en el insomnio de los españoles. "La pandemia dejó un aumento de prevalencia de ansiedad en un 23 por ciento, de depresión en un 22 por ciento y de insomnio en un 39 por ciento. En este sentido, el estrés, las preocupaciones, la ansiedad, la incertidumbre respecto a un proyecto vital futuro, son factores desencadenantes de insomnio", ha explicado.
En cuanto a los efectos para la salud que puede tener el insomnio mantenido en el tiempo, el experto enumera cansancio, excesiva somnolencia diurna, falta de atención y concentración, menor rendimiento laboral, irascibilidad, pérdida de memoria... "El más problemático es la falta de atención y concentración, ya que esto repercute directamente sobre un mayor riesgo de accidentes laborales, domésticos y de circulación", ha esgrimido.
Además, en España, la utilización de benzodiazepinas, uno de los fármacos clásicos que se ha utilizado para dormir, se incrementó en un 113.6 por ciento desde 1992 a 2006. "Este incremento, por el aumento de patología ansioso-depresiva, crisis económicas y pandemia experimentados en los últimos años, se prevé que siga en aumento", según el doctor Gómez. En cuanto a otras sustancias sin receta utilizadas para conciliar el sueño, van desde productos naturales que no tienen un aval científico que justifique su uso, hasta antihistamínicos.
LOS MÉDICOS
Precisamente, uno de los temas centrales del XXIX Congreso Nacional de Medicina General y de Familia ha sido la importancia del cuidado de la salud del sueño por la influencia que tiene en la salud física y mental y en el bienestar laboral.
Para conocer la situación de la salud del sueño de los médicos de Atención Primaria, la SEMG ha realizado una encuesta previa sobre el sueño y su calidad en los profesionales sanitarios, en colaboración con la Alianza por el Sueño.
Entre los resultados extraídos de este estudio, dados a conocer por el doctor Lorenzo Armenteros, miembro del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la SEMG, el 64,4 por ciento de los encuestados ha reconocido que tiene dificultad para conciliar el sueño, mantenerse dormido o lograr un sueño reparador.
El perfil mayoritario de los 853 encuestados eran doctores de una edad comprendida entre los 41 y 70 años, la mayoría mujeres (71,9 por ciento) que se encuentran en activo (89,1 por ciento) con jornada laboral intensiva (81,4 por ciento). Solo un 9,5 por ciento de los encuestados ocupaba un cargo de gestión.
El 85,8 por ciento de los profesionales sanitarios encuestados fue trabajador en primera línea durante la crisis sanitaria generada por la COVID-19. El 86,9 por ciento de los médicos de Atención Primaria encuestados cree que su trabajo no está suficientemente valorado. Entre los principales factores que afectan a su calidad de sueño están la carga de trabajo y el escaso reconocimiento profesional.
Según los resultados del sondeo, el insomnio suele afectar a su salud física y mental y a su nivel de productividad, porque la mayoría de los doctores encuestados afirma que tras un día sin dormir bien sienten mayor fatiga de lo habitual.
La mitad de los encuestados afirma haber consumido alguna sustancia para gestionar sus problemas de sueño. Preguntados sobre si en su centro de trabajo existe alguna iniciativa de promoción de la salud y prevención de consumo de sustancias adictivas, el 85,4 por ciento contestó que no.
Para gestionar mejor su día a día, los profesionales sanitarios encuestados recurren a prácticas de ejercicio físico, estrategias de regulación gestión emocional: (meditación, yoga, mindfulness o técnicas de respiración), así como al apoyo familiar, social y psicológico de profesional.