MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los adultos jóvenes que fuman y usan los cigarrillos electrónicos son casi dos veces más propensos a sufrir un accidente cerebrovascular en comparación con los que fuman tabaco de forma convencional, y casi tres veces más propensos que los no fumadores, según ha estimado un estudio publicado en la revista 'American Journal of Preventive Medicine'.
"Se sabe desde hace tiempo que fumar cigarrillos está entre los factores de riesgo más significativos para el ictus. Nuestro estudio muestra que los fumadores jóvenes que también usan cigarrillos electrónicos se ponen en un riesgo aún mayor. Este es un mensaje importante para aquellos que perciben los cigarrillos electrónicos como menos dañinos y los consideran una alternativa más segura", explica el investigador principal del trabajo, Tarang Parekh, de la Universidad George Mason (Estados Unidos).
Los cigarrillos electrónicos pueden no ser una forma segura de dejar de fumar, según muchos estudios. Los investigadores solo están empezando a comprender sua consecuencias, pero la evidencia en su contra va en aumento con los recientes casos de lesiones pulmonares relacionadas con el vapeo (EVALI), así como las investigaciiones que muestran sus peligros como puerta de entrada al cigarrillo convencional, fuente a largo plazo de alta concentración de nicotina, y su papel en una red de señalización inflamatoria que está detrás de enfermedades cardiovasculares.
"Nuestros hallazgos demuestran un efecto perjudicial de los cigarrillos electrónicos en los vasos sanguíneos, corazones y cerebros de los fumadores", advierte Parekh. Este estudio ha calculado el riesgo de eventos cerebrovasculares entre los fumadores en 1,59, en los exfumadores que han cambiado a los cigarrillos electrónicos en 2,54, y los que usan ambos en 2,91.
Los investigadores utilizaron datos del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo en el Comportamiento de Estados Unidos 2016-2017, una encuesta nacional anual y transversal de salud realizada conjuntamente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y todos los estados y territorios de EEUU para investigar la prevalencia y el efecto del uso de cigarrillos electrónicos y de cigarrillos de combustible entre los adultos jóvenes. Analizaron las respuestas de 161.529 participantes de 18 a 44 años de edad.