MADRID, 9 Jun. (EDIZIONES) -
Por desgracia, actualmente vivimos en un mundo poco amable. No hay más que poner las noticias todos los días. Estamos rodeados de conflictos, y de tensiones, de situaciones totalmente insólitas y, en muchos casos, insoportables. Precisamente, la biología evolutiva nos enseña que la amabilidad o la 'prosociabilidad', como se le llama también, nos ayudará más a posicionarnos como individuos y grupos y a sobrevivir mejor en esta sociedad.
Así lo defiende en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el profesor e investigador de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid Jonathan Benito, quien destaca que "la ciencia dice que aquellos individuos que son amables, prosociables y cordiales viven más años, su esperanza de vida se incrementa, mejora su salud (a nivel cardiovascular o cerebral, por ejemplo) y sobre todo mejora -y mucho- su bienestar emocional. "Las personas amables son más felices. Nadie queremos renunciar a ello", asevera.
Mientras, las personas que son agresivas e hipercompetitivas ven a su alrededor todo el rato posibles conflictos o inconvenientes, están sometidas constantemente a grandes niveles de cortisol y de fibrinógeno (molécula implicada en coagulación de la sangre que cuando nos estresamos el cuerpo ante una posible herida lo segrega y puede formar coágulos, dando lugar a infartos o a ictus); de manera que, al final, su vida se ve deteriorada y su estado emocional también.
LA AMABILIDAD, SÍMBOLO DE PROGRESO
Nos concede esta entrevista a Europa Press Salud Infosalus porque acaba de publicar 'El poder de la amabilidad' (Planeta) en la que nos explica que el concepto de 'amabilidad' o de 'prosociabilidad' realmente proviene de los lobos y de los perros, que comparten en un 99% el mismo genoma prácticamente.
No obstante, y a pesar de ser tan iguales, y de poder reproducirse entre ambas especies, "algo insólito en Biología", dice que el lobo lleva muchos años 'tonteando' con la extinción, mientras que los perros todo lo contrario. Tal y como argumenta, esto es gracias a la prosociabilidad, puesto que los lobos siempre han sido más ariscos y agresivos, desconfiados frente a los humanos; mientras que los perros, más amables y amigables, gozaron del beneplácito de los humanos, les dejaron acercarse a ellos, convivir con ellos, y todo lo que ello conlleva para su supervivencia.
Es más, mantiene Jonathan Benito que este concepto no es ajeno a los seres humanos puesto que en la época de los neandertales y el periodo glaciar estos convivieron con los sapiens, si bien al final sobrevivieron los sapiens pues, al ser más sociables, supieron unirse frente a la adversidad, colaborar con el grupo, todo lo contrario que los neandertales que, a pesar de ser inteligentes también, no eran sociables.
TODO ESTÁ EN NUESTRO CEREBRO
Ahora bien, le preguntamos por qué hay personas que son más amables, cordiales o sonrientes que otras y remarca este neurocientífico que "todo está en nuestro cerebro" y gran parte de esta conducta depende del histórico que tenga esa persona, es decir, de cómo fue su infancia, el apego con sus padres, de si sufrió abusos de pequeño, proviene de familias desestructuradas, así como cualquier otra situación anómala que haya podido perjudicarle en este sentido y le hace ser más agresivo.
En el libro te muestras partidario de la prosociabilidad, dice que como sociedad nos ayuda a posicionarnos, a ser valorados en el grupo, mientras que la agresividad sólo nos facilita enemigos y posibles resentimientos de otros, que incluso pueden llevarnos a la exclusión del grupo.
"Si eres amigable serás magnético dentro del grupo y te posicionarás mejor. Tenemos lobos en nuestra sociedad porque aún hay individuos con la autoestima bastante dañada y piensan que por su agresividad van a tener buena posición dentro del grupo", defiende Benito.
No obstante, aconseja una actitud asertiva y tener precauciones para practicar una prosociabilidad responsable ante las posibles personas tóxicas o dañinas que puedan aparecer en nuestra vida: "Siempre nos vamos a encontrar a los lobos. Entonces, estoy convencido de que más del 90% es buena gente y prosocial, pero otros no. Si te muestras amable y prosocial, esos lobos lo pueden interpretar como un signo de debilidad, y ante estas personas tenemos que ser muy asertivos. La amabilidad no es sumisión y hacer lo que digan los demás. Hay que ser asertivos y respetar los derechos, pero con algunos individuos no podemos ser amables, pero sí firmes para defender nuestra posición".