Javier Yanguas, doctor en Psicología: "Vivimos para el 'yo' y olvidamos que sin los otros no somos nada"

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Publicado: lunes, 18 agosto 2025 8:30

   MADRID, 18 Ago. (EDIZIONES) -

   El edadismo impera en nuestra sociedad; una sociedad cada vez más individualista y donde no se aprecian los cuidados, pese a que es ley de vida y, en algún momento, todos seremos receptores de los mismos, o tendremos que ayudar a algún familiar cercano.

   Charlamos precisamente sobre este asunto con Javier Yanguas, que es doctor en Psicología y gerontólogo, Y quien ha plasmado en 'Cuando los volcanes envejecen' (Plataforma Editorial) su experiencia de cuidados a su madre durante varios años, con la ayuda de su hermana, así como la importancia de "aspectos esenciales de la vida, como es envejecer, acompañar, e implicarse en la vida de los demás a través de los cuidados".

   Le preguntamos, en primer lugar, por el significado del libro, y explica en una entrevista con Europa Press Salud-Infosalus que "los volcanes somos todos", es decir, que conforme vamos envejeciendo, igual que estos, nos volvemos invisibles, al mismo tiempo que si sufrimos una enfermedad de mayores ésta también nos invisibiliza, no deja ver a la persona que fuimos antes de esa patología y "dejamos como de existir". "Pero no hay que olvidar que hay veces que esos volcanes se llenan de residuos y de plantas y que estos siguen siendo volcanes. A pesar de que estamos mal en la vida seguimos siendo nosotros", remarca.

LOS ERRORES AL PENSAR EN LAS PERSONAS MAYORES

   Con ello, preguntamos a este experto cuáles son los principales errores que cometemos al pensar en las personas mayores, y reconoce que le da "especial rabia" el pensar que todas las personas mayores son iguales, cuando precisamente "cuanto más distintos somos es cuando nos vamos haciendo mayores". Rechaza así esa "mirada heterogénea" que no hace diferencias, y que no personaliza en el caso de las personas de edad avanzada.

   A su juicio, pensar que el edadismo o la edad marcan la vida de una persona no es justo porque con 20 años se puede ser brillante, pero con 90 también; o todo lo contrario en ambos casos, tal y como insiste: "No es verdad que con 70 años no vales para nada, y con 40 vales para todo. El que tú valgas o no, no depende de la edad, sino de si eres buena persona o de si has trabajado en la vida, por ejemplo; nos falta ver un poco que en esto de la vejez hay momentos distintos".

   A su vez, este doctor en Psicología resalta que "somos una sociedad que nos autocuidamos mucho pero que cuidamos poco de los demás", cuando defiende que "el cuidado debería ser una prioridad y es algo que sustenta la vida". "Todos necesitamos cuidados. La naturaleza cambia si no la cuidamos, y cuando somos mayores es ley de vida, es una experiencia a asumir y es algo importante", insiste Yanguas.

POR QUÉ NOS DA TANTO MIEDO ENVEJECER

   En este contexto, le preguntamos por qué a todos nos da miedo envejecer y reconoce que son varias las razones, como que no queremos que se termine la vida, o por ejemplo, por el miedo a enfermar con la vejez, o a las pérdidas, tan frecuentes en esta etapa de la vida. "Esto nos asusta, y es que son pérdidas múltiples, como la de los roles en la vida, la pérdida de capacidades por aparición de enfermedades, o incluso la pérdida de seres queridos", matiza este doctor en Psicología y gerontólogo.

   Eso sí, avisa de que, en la medida en la que vas cumpliendo años te das cuenta de que la juventud tampoco es la mejor parte de la vida, y sostiene que hay muchas partes buenas en la edad adulta, dado que la juventud o la adolescencia, por ejemplo, también tienen su carga: "La adolescencia, por ejemplo, o la juventud, no te dan el poso de la madurez. Tenemos a veces una mirada sesgada de la vejez, que es verdad que hay pérdidas o enfermedades, pero también puede ser un buen espacio de desarrollo personal si la parte de salud y económica te lo permiten, donde puedes enfocar la vida de otra manera y puedes tener muchas oportunidades".

DESDEÑAMOS EL CUIDADO DE OTROS CUANDO LO NECESITAREMOS

   Y es que, otras de las consideraciones que Javier Yanguas hace en el libro es que "somos una sociedad formada por personas que visibilizan el autocuidado, pero que desdeñamos el cuidado de otros".

   Aquí denuncia esta sociedad "cada vez más individualista", y donde "sólo entonamos el singular, el 'yo'". "Me parece que la interdependencia, la reciprocidad, se han vuelto clandestinas, y lo más importante es 'estar yo bien', pero es que yo no puedo estar sin otros, nos construimos con los demás, y en esto llevamos décadas; cada vez más somos menos comunitarios y, por si fuera poco, a la vez nos sentimos muy solos", resalta, al mismo tiempo que insiste en la importancia de los cuidados, de solicitar ayuda, porque "sin los otros no somos nada", y "tarde o temprano necesitaremos la ayuda de los demás".

QUÉ NOS ENSEÑA EL CUIDAR A OTROS

   Tal y como comentábamos al principio, este libro está basado gran parte en la parte autobiográfica de este autor que durante varios años, y con la ayuda de su hermana, han estado cuidando de su madre anciana. Le preguntamos precisamente por las enseñanzas que nos aporta el cuidado, remarcando que éste "nos da un pantallazo de la vida real", al tiempo que enseña valores, generosidad, renuncia, reciprocidad, o compromiso.

   En su opinión, el cuidado te enseña también una parte que no es bonita de la vida pero que tienes que aprender a bandear, a la vez que te hace experimentar sentimientos como la ambivalencia. "Creo que te enseña la importancia de los otros, la necesidad de los demás, y curiosamente te ayuda a vivir la vida con más intensidad, cuando ves que la vida es frágil y que la vulnerabilidad existe. El cuidado te ayuda a vivir la vida mejor", insiste este experto en atención a las personas mayores.

CÓMO QUEREMOS QUE NOS CUIDEN

   Pero sin duda, uno de los aspectos que más llama la atención de su libro es una sugerencia, la de hablar de cómo queremos que nos cuiden, y la de preguntar a nuestros padres antes de que falte el tiempo de cómo quieren que les cuidemos, algo que él mismo reconoce que no le dio tiempo con su madre.

   "Tenemos que planificar los cuidados. El actor Gene Hackman es un ejemplo de una persona que tenía mucho dinero, y que, entre otras cosas, tenía principios de alzheimer, y como su mujer tenía 65 años, era mucho más joven que él, no planificaron los cuidados porque no pensaron que a su mujer le podía pasar algo", subraya.

   Así, sostiene que necesitamos hablar de esto con los nuestros porque los cuidados "llegan a veces sin previo aviso y sin manual de instrucciones", y hay que olvidarse de la idea de que hablar de esto representa una carga para nuestros hijos, cuando es lo contrario: "Probablemente nuestros hijos si han visto que tú has cuidado de tus padres ellos harán lo mismo. Es muy importante hablar de los cuidados y que propiciemos la reciprocidad. Otra cosa es cómo queremos que nos cuiden. La experiencia del cuidado en la vida es muy relevante".

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