Javier Albares, experto en medicina del sueño: "En España tenemos un serio problema con las pantallas y los menores"

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Actualizado: jueves, 26 junio 2025 9:05

   MADRID, 26 Jun. (EDIZIONES) -

   "En España tenemos un serio problema con las pantallas y con los menores. No sólo es con los adolescentes, sino también con los niños pequeños, desde la tierna infancia, porque vemos incluso bebés a los que se les ponen las pantallas para comer, o que se usan como niñera digital o chupete electrónico".

   Así lo denuncia en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el doctor Javier Albares, que es especialista en neurofisiología clínica, así como miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) y de la European Sleep Research Society, con motivo de la publicación de su nuevo libro 'Generación Zombi' (Península).

   Cuenta que las horas a las que los menores pasan enganchados frente a la pantalla afectan seriamente a su salud, "pues están en momentos críticos de su neurodesarrollo y crecimiento", y esto impacta en el plano emocional, escolar, físico, o comportamental del menor, entre otros.

UNA DROGA SILENTE, QUE AFECTA A NIÑOS Y ADULTOS POR IGUAL

   En el libro, precisamente, califica a las pantallas como "una droga silente y discreta, que no deja cadáveres visibles, ni requiere ambulancias de sirenas estridentes que recorran las calles a toda velocidad; una droga que, por primera vez en la historia de nuestra especie, afecta a todas las edades por igual, niños y adultos", y cuyo impacto sobre la salud se está conociendo desde hace poco.

Él habla de 'síndrome de pantalla electrónica', y entre otros efectos de las pantallas en los menores distingue: "A nivel físico sabemos que las pantallas generan hiperexcitación del sistema nervioso central, y desregulación emocional. El tiempo que pasan, además, frente a las pantallas es un tiempo en el que dejan de hacer otras cosas que son saludables, y son más sedentarios estos niños y con tendencia al sobrepeso. Pueden tener más problemas metabólicos, trastornos de salud mental como ansiedad o depresión, problemas con el bullying, ideas autolíticas o de suicidios".

   Es más, avisa de que el aprendizaje se puede ver mermado por el uso excesivo de las pantallas, y dice Albares que se ha comprobado con el tiempo que aquellos países que más invertido en digitalización de sus aulas peores resultados han obtenido en PISA.

   "Son niños más hiperactivos, con más rabietas, más impulsivos, con menos paciencia; o a veces, al revés, más apáticos, tristes o decaídos. A nivel de socialización, el abuso de pantallas lleva a una socialización real que hace que después les cueste más crear relaciones verdaderas, o ponerse en el lugar del otro. Es un efecto, por desgracia, muy transversal y muy importante para el neurodesarrollo de la persona, y la infancia. Pero, lo importante aquí es que sólo se vive una vez, y todo lo que no hagas en la infancia después no lo harás", advierte este experto en medicina del sueño.

¿EDAD APTA PARA EL MÓVIL?

   Con ello, le pregunto al doctor Javier Albares cuál considera que debería ser la edad apta para que un menor tenga móvil, apuntando a los 16 años, porque indica que es la recomendación general de las sociedades médicas vinculantes a este respecto.

   Eso sí, advierte de que no sólo hay que pensar del móvil en particular, sino que esta recomendación debe hacerse extensible a todas las pantallas, incluidas la televisión o las tabletas, ordenadores y videojuegos; y fomentar, por ejemplo, la lectura en libro y no en los dispositivos electrónicos. "Los adolescentes usan una media de 7-8 horas diarias las pantallas, y la recomendaciones son menos de dos horas diarias", apostilla.

¿RETIRAMOS LAS PANTALLAS DE LAS AULAS?

   Sobre los pasos que están dando algunos países de retirar las pantallas de sus aulas, Albares se muestra convencido de ello, manifiesta que no sabe si al 100%, pero afirma que esto sí debe hacerse en un porcentaje muy alto y reducido porque, "sin duda, las pantallas frenan el aprendizaje, el neurodesarrollo, frenan la salud de los niños, que lean en pantallas y no usen libros, en el desarrollo del lenguaje, por no hablar del vocabulario, o de ortografía, entre quienes leen de forma electrónica, y quienes lo hacen en papel".

   Plantea con todo ello un plan de acción para cada familia, donde en primer lugar analice en qué situación se encuentra, si de abuso o de adicción de pantallas, porque quizá en esa escena sí sea necesaria la figura de un especialista en adicciones tecnológicas.

   "Pero si no hay un excesivo uso, y el menor aparentemente no tiene sintomatología, se debe planificar sobre reducir el número de horas de pantalla y llegar a las recomendadas por la edad de nuestro hijos, así como identificar las principales áreas en las que les afecta: escolar, social, comportamental, o emocional entre otras", prosigue este experto en sueño.

   Aconseja en este punto que los padres sirvan en todo momento de ejemplo, de referencia para sus hijos sobre el empleo de las pantallas, al mismo tiempo que recomienda que estos se hagan acopio de todos los juguetes analógicos para dar alternativas a los menores.

   "El adolescente debe entender que no es un castigo sino todo lo contrario, que les queremos mucho, y hay que repetir constantemente las consecuencias negativas de las pantallas, que te hacen dormir menos y peor, rendir menos en el colegio, estar más irritable, y los niños no quieren tener esa repercusión. Para después, poner una fecha de inicio para reducir ese uso de las pantallas", concluye, valorando el papel que tienen las asociaciones de personas libres de móviles.

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