MADRID 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las emisiones radioactivas que se han generado tras las explosiones en la central nuclear de Fukushima (Japón) como consecuencia del maremoto que sacudió el noreste del país el 11 de marzo son por el momento "leves" y no suponen "daño humano", ya que los niveles de radiación son "similares" a los que produce una tomografía axial computarizada (TAC) de tórax o abdomen.
Así lo ha asegurado, en declaraciones a Europa Press, el jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Rafael Herranz, recordando por ello que "si no aumenta la dosis, no tiene por qué tener ningún efecto para la salud" de los ciudadanos.
No obstante, este experto considera que las autoridades japonesas están actuando con rapidez a la hora de proteger a su población ya que, además de evacuar a los habitantes cercanos a la zona afectada, se han tomado las pertinentes medidas profilácticas, que incluyen la distribución de pastillas de yodo para protegerse de la radiactividad en caso de que ésta aumente.
De este modo, el yodo se acumula en la glándula tiroidea e impide que el yodo radiactivo permanezca en el organismo, con el riesgo de cáncer que esto conlleva.
En el caso de que la radiación aumente y haya ciudadanos que puedan haber resultado contaminadas, Herranz ha adelantado que el protocolo de actuación "está tipificado como accidente radiológico", y en función de la dosis de radiación recibida los efectos secundarios varían.
Según marca el protocolo, estas personas son aglutinadas "en grandes superficies, generalmente polideportivos", donde se les practica "una maniobra de visión por grupos, según la contaminación recibida". De este modo, ha señalado, las personas que resulten contaminadas "rápidamente son aisladas".
Las personas afectadas con una dosis superior a un sievert --igual a un julio por kilogramo-- pueden presentar lesión medular, que viene precedida de disminución en la producción de hematíes, leucocitos y plaquetas. Si la dosis recibida es superior a siete sieverts se producen también "cuadro digestivos, a nivel de intestino delgado".
Además, ha explicado, si la dosis recibida es superior a los 20 sieverts se debe esperar en el paciente "la presencia de lesiones en el sistema nervioso central".
Por otro lado, Herranz ha destacado la manera en que las autoridades niponas han comunicado las explosiones y las consecuencias que están generando, considerando adecuada la actuación.
Así, ha puesto como contrapunto el caso de Chernóbil, ya que según ha aclarado, en este caso se produjo "una radiofobia inmediata" que generó a su vez, dos componentes: cancerofobia y crisis de ansiedad generalizada en las mujeres embarazadas, ya que la falta de comunicación tras el accidente de Chernóbil provocó que se practicaran "más de 100.000 abortos que se consideraron innecesarios".