MADRID 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Pisa, en Italia, sugieren que las personas tienen más probabilidades de bostezar en reacción al bostezo de un familiar cercano que al de un amigo o un desconocido, según los resultados de un estudio que publica la revista 'PLoS One'.
El acto de bostezar siempre se ha considerado como "contagioso" ya que cuando en un grupo alguien bosteza, hay personas de su alrededor que hacen lo mismo de forma involuntaria. Además, esta reacción, frecuente en cerca de la mitad de la población, no es exclusiva de los humanos ya que también se ha comprobado en muchos animales, como los chimpancés.
Aunque este contagio nunca ha sido completamente explicado, hay teorías que apuntan que podría estar vinculado a la empatía entre la gente, algo que quedó reforzado con un estudio previo con niños con autismo, que tienden a ser menos capaces de tener empatía con otros niños, que demostró que eran menos propensos a hacerlos.
A partir de este hallazgo, los investigadores de la Universidad de Pisa observaron a 109 hombres y mujeres de una variedad de nacionalidades en sus actividades diarias y tomaron un registro de las veces en que se produjeron bostezos contagiosos.
El estudio encontró que era más probable que ocurrieran entre miembros de la misma familia, un poco menos entre amigos e incluso menos entre conocidos y extraños.
Además, el tiempo entre el bostezo y la respuesta fue mayor entre conocidos y extraños, lo que "demuestra que el contagio de bostezos es ante todo generado por la cercanía emocional entre individuos y no por otras variables, tales como género y nacionalidad", indicaron los investigadores.
La doctora Catriona Morrison, psicóloga experimental de la Universidad de Leeds (Reino Unido), ha reconocido en una entrevista a la BBC, recogida por Europa Press, que esta respuesta primitiva subconsciente podría dar luces sobre la evolución del cerebro humano.
Morrison ha señalado que "algunos sugirieron que se desarrolló en la época de las cavernas cuando alguien tenía que estar vigilando todo el tiempo ya que, como el bostezo aumenta el flujo de sangre en el cerebro, así que aumenta el estado de alerta".