MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores ha realizado un estudio sobre el progreso en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible vinculados a la salud con el fin de rendir cuentas sobre el nivel de cumplimiento. Los resultados se publican en la revista 'The Lancet'.
A nivel mundial, se han logrado importantes avances hacia algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la salud desde el año 2000, sobre todo en la reducción de la mortalidad neonatal y de menores de 5 años, la planificación familiar y el despliegue de la atención sanitaria universal.
Sin embargo, en áreas más allá de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que llegaron a su fin en el año 2015, se han hecho algunos avances. Por ejemplo, se han producido mejoras sólo mínimas en las tasas de incidencia de la hepatitis B, mientras que el sobrepeso infantil, la violencia de pareja y el consumo nocivo de alcohol han empeorado.
Estas nuevas estimaciones proporcionan un análisis independiente del cumplimiento de los ODS relacionados con la salud, según destacan sus autores. El estudio, que es una evaluación anual de los resultados de salud de los ODS, se hace público este miércoles en un evento especial de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
El objetivo es proporcionar una herramienta para rendir cuentas a nivel global sobre el progreso hacia las metas de los ODS en 2030 y equiparar gobiernos, políticos, organizaciones de ayuda y profesionales de la salud con la evidencia para identificar éxitos, deficiencias y prioridades en la prestación de asistencia sanitaria.
Los ODS son 17 objetivos universales, 169 propósitos y 230 indicadores establecidos por Naciones Unidas en 2015 dirigidos a una serie de problemas acuciantes, como la seguridad alimentaria y del agua, la pobreza y el cambio climático hasta 2030. La salud es el núcleo de los ODS-ODM, con el tercer objetivo que es "garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades", y los indicadores relacionados con la salud también están presentes en 11 de 16 objetivos.
Utilizando los datos del estudio 'Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors' (GBD) entre 1990 y 2015, el profesor Stephen Lim, del Instituto para la Métrica y la Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos, y sus colegas estimaron el estado actual de 33 de los 47 indicadores de los ODS relacionados con la salud.
Para permitir una comparación más fácil, los investigadores crearon un índice de ODS relacionados con la salud (con una calificación de 0-100) que combinó estos 33 indicadores vinculados con la salud para medir el progreso de 188 países entre 1990 y 2015.
ISLANDIA, A LA CABEZA DE 188 PAÍSES EN CONSECUCIÓN DE LOS ODS
En 2015, el índice de los ODS asociados con la salud fue más alto en Islandia, Singapur y Suecia, con Reino Unido en quinto lugar, justo por delante de Finlandia. La República Centroafricana, Somalia y Sudán del Sur presentaron los valores más bajos del índice de los ODS vinculados con la salud. A pesar del rápido crecimiento económico, India se clasificó en el puesto 143, por debajo de las Comores y Ghana.
Estados Unidos está en el puesto 28 en el mundo, un puesto relativamente pobre debido, principalmente, a las muertes por la violencia interpersonal, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el consumo nocivo de alcohol, el sobrepeso infantil y el suicidio. Estados Unidos también tuvo malos resultados en comparación con otros países de altos ingresos en la mortalidad neonatal, del niño y la madre, lo que refleja las grandes diferencias en el acceso y la calidad de la asistencia sanitaria en Estados Unidos.
"Este documento sobre los ODS representa una línea de base que aporta información para las políticas sanitarias y la toma de decisiones en todos los países, así como las Naciones Unidas", dice el director del IHME, Christopher Murray. "Es esencial que cada año, durante los próximos 15 años, las naciones se sientan responsables de los objetivos que sus líderes se han comprometido a cumplir. Este informe aporta un elemento importante para que la rendición de cuentas", subraya.
Varios países ya cumplieron con los objetivos de ODS relacionados con la salud en 2015, pero el desarrollo varía ampliante dependiendo de los indicadores. Por ejemplo, más del 60 por ciento de los países ya han cumplido los objetivos de 2030 en la reducción de la muerte materna (menos de 70 muertes por cada 100.000 nacidos vivos) y la mortalidad infantil (25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos).
Ningún país ha cumplido con alguno de los nueve objetivos de la completa eliminación de enfermedades como la tuberculosis y el VIH o la reducción de la prevalencia de los problemas de salud, como el sobrepeso infantil y la violencia de género, al cero por ciento.
Los autores advierten que dado el modesto progreso en el VIH y la tuberculosis en los últimos 25 años, la visión de poner fin a estas epidemias en los próximos 15 años es muy poco realista. Además, menos de una quinta parte de los países han alcanzado la meta de 2030 de eliminar el retraso del crecimiento y emaciación (delgadez patológica) en niños menores de 5 años, mientras que sólo alrededor de una cuarta parte de los países ha logrado reducir sustancialmente la exposición a la contaminación del aire del hogar y menos de una quinta parte de los países ha conseguido el acceso universal y asequible al agua potable y el saneamiento.
Los investigadores crearon el Índice Sociodemográfico (SDI, por sus siglas en inglés) como una medida de desarrollo con el fin de diferenciar los progresos realizados en el índice ODS del progreso que los países habrían esperado hacer a medida que se desarrollan. El SDI se basa en el ingreso per cápita, el nivel de instrucción y la tasa global de fecundidad, los principales índices del estado de desarrollo de un país.
Numerosas regiones registraron una mejora mayor de la esperada en el índice SDG relacionado con la salud entre 2000 y 2015, incluyendo Timor-Leste, Tayikistán, Columbia, Taiwán e Islandia. Los autores apuntan a una serie de políticas e intervenciones que pueden haber tenido un factor en el progreso de estos países.
En Timor Oriental, por ejemplo, el acceso a los servicios de salud para los pobres ha mejorado y la tasa de mortalidad neonatal y en menores de 5 años, el retraso del crecimiento infantil y la exposición a la insalubridad del agua y el saneamiento se redujo drásticamente, posiblemente gracias a la fuerte inversión del Gobierno en la reforma de salud; mientras que las políticas de control del tabaco y el prestigioso sistema de salud público en Islandia pueden haber contribuido a las grandes caídas en las tasas de mortalidad por enfermedades no transmisibles y la prevalencia del tabaquismo.
En el otro extremo del espectro, cinco países tuvieron resultados mucho peores de lo esperado, como Libia y Siria, principalmente como resultado de la guerra y la violencia. Aunque el SDI fue altamente predictivo del índice general de ODS relacionados con la salud, no tuvo impacto en algunos indicadores clave, como violencia interpersonal, autolesiones, contaminación de partículas y obesidad infantil.
Por lo tanto, los autores concluyen que dar prioridad a aumentos en los ingresos personales, la inversión en la educación y la planificación familiar por sí solos no será suficiente para cumplir con las ambiciosas metas de los ODS para 2030. El profesor Lim subraya: "Será un esfuerzo anual para asegurar que se mantiene el progreso y que se aprenden las lecciones de los éxitos y se transfieren rápidamente a otros países donde el progreso es menos impresionante".