MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
En los últimos años diversas investigaciones han arrojado luz sobre una posible asociación entre la fe, la religión y la espiritualidad con el bienestar mental, social y físico de los pacientes, especialmente aquellos con enfermedades graves.
Es más, en el último de los estudio publicado sobre los beneficios de la religión, investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos afirmaban que las mujeres que asistían a servicios religiosos más de una vez por semana tenían más de un 30 por ciento menos de probabilidades de morir que las que nunca acudieron a estos evento.
Al parecer, argumentaban, "la asistencia a los servicios religiosos aumenta el apoyo social, desalienta el tabaquismo, disminuye la depresión y ayuda a las personas a desarrollar una perspectiva más optimista o esperanza en la vida".
Bajo este supuesto, una nueva investigación afirma que las mujeres que asisten a servicios religiosos tienen un menor riesgo de suicidio en comparación con las mujeres que nunca van a los servicios. Además, la investigación, que ha sido publicada esta semana en la edición digital de 'Archives of General Psychiatry', recuerda que principales religiones del mundo prohíben el suicidio.
El profesor Tyler J. VanderWeele, de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, y coautores analizaron las asociaciones entre la asistencia a los servicios religiosos y el suicidio a partir de 1996 hasta junio de 2010 utilizando datos del 'Estudio de Salud de Enfermeras'. El análisis incluyó a 89.708 mujeres y su percepción subjetiva de asistencia a los servicios religiosos.
"NO SE TRATA DE PRESCRIBIR FE"
Entre las mujeres, en su mayoría católica o protestante, 17.028 asistieron más de una vez por semana, 36.488 fueron una vez por semana, 14.548 acudieron menos de una vez por semana y 21.644 nunca participaron en los servicios religiosos, según declararon ellas mismas al inicio del estudio realizado en 1996.
Los investigadores identificaron 36 suicidios durante el seguimiento. En comparación con las mujeres que nunca asistieron a los servicios, aquellas que lo hicieron una vez por semana o más presentaban un riesgo cinco veces menor de un suicidio posterior, según los resultados.
Los autores señalan que su estudio utiliza datos de observación por lo que, a pesar del ajuste por posibles factores de confusión, todavía podría ser objeto de confusión por la personalidad, la impulsividad, la sensación de desesperanza u otros factores cognitivos. También apuntan que las mujeres en la muestra del estudio eran principalmente cristianas blancas y enfermeras, lo que pueden limitar la generalización del análisis.
"Nuestros resultados no implican que los médicos deben recetar la asistencia a servicios religiosos. Sin embargo, para los pacientes que ya son religiosas, la asistencia a estos servicios podría fomentarse como una forma de participación social significativa. La religión y la espiritualidad pueden ser un recurso poco apreciado que los psiquiatras y los médicos podrían explorar con sus pacientes, según el caso", concluye el estudio.