BARCELONA, 11 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio ha revelado el papel que juega el receptor neuronal opioide delta (DOR) en la sensación placentera que se obtiene al ingerir comida apetitosa y lo ha relacionado por primera vez con trastornos alimentarios como el sobrepeso y la obesidad.
Científicos de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) han estudiado el papel de estos receptores DOR en la respuesta de recompensa y en los cambios en la plasticidad cerebral inducidos por la comida apetitosa, utilizando chocolate y ratones transgénicos a los que les faltaba genéticamente este receptor, ha explicado la universidad este miércoles en un comunicado.
Los ratones que no tienen receptores DOR pierden la motivación ante el chocolate, mostrando un descenso en el comportamiento compulsivo que el chocolate provoca en los ratones normales, ('wild type') que se han utilizado para comparar.
Con esto, los investigadores han comprobado que los receptores DOR están implicados en las propiedades motivacionales y la pérdida de control de la conducta que puede producir la comida apetitosa, así como en las respuestas impulsivas relacionadas con la búsqueda de esta comida, que dependen del sistema de recompensa del cerebro.
Si bien existen evidencias científicas que relacionan el consumo de comida apetitosa con el sistema opioide endógeno, una red de receptores neuronales vinculados a sustancias opiáceas como la heroína, todavía se sabe poco de la implicación de los receptores DOR en los trastornos alimentarios.
Las propiedades apetitivas de los alimentos provocan la activación del sistema de recompensa en el cerebro, que se traduce en una sensación de placer que contribuye al deseo de repetir la experiencia --igual que las drogas--, pudiendo resultar en un exceso de la ingesta que da lugar al sobrepeso e, incluso, a la obesidad.