MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, IMDEA Alimentación y del CIBERESP han analizado datos de más de 230.000 participantes del estudio UK Biobank y han evidenciado el papel que juega la mala calidad del sueño en el desarrollo de la pérdida de audición.
Es el primer estudio en el mundo en determinar una asociación longitudinal entre la calidad del sueño y la pérdida de audición en adultos. En concreto, este problema afecta a más de 1.500 millones de personas en el mundo y la proyección para los próximos años indica un aumento importante de su prevalencia, ha señalado la Universidad en un comunicado.
La pérdida de audición se asocia a condiciones de salud desfavorables como la demencia, el síndrome de fragilidad, la depresión y la discapacidad, además de tener un alto coste económico y social. Además, no tiene cura y en la actualidad solo existen tratamientos con eficacia limitada.
Este trabajo ha sido publicado en 'Ear and Hearing', la revista científica oficial de la Sociedad Americana de Audición. En ella, se analizaron diferentes aspectos de la mala calidad del sueño, caracterizada por presentar ronquidos nocturnos, somnolencia diurna, insomnio, dificultad para levantarse por la mañana y un cronotipo nocturno, y cómo éstos impactan sobre el riesgo de padecer pérdida de audición.
Los resultados de la investigación muestran un claro aumento del riesgo de pérdida de audición en aquellas personas que tienen una peor calidad del sueño, tal y como explica el doctor Humberto Yévenes-Briones, investigador postdoctoral del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid y primer firmante del estudio.
"Una pobre calidad del sueño exacerba nuestras probabilidad de desarrollar una pérdida de audición en el futuro, aumentando el riesgo hasta en un 49%", ha afirmado.
Según ha señalado el doctor Francisco Félix Caballero, profesor del mismo departamento y segundo firmante del estudio, "no dormir las horas adecuadas durante la noche potenciaría el riesgo de pérdida de audición en aquellas personas con una peor calidad del sueño".