MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Antiguos cambios epigenéticos, ocurridos durante más de 400 millones de años, silencian los genes ligados al cáncer, según ha sugerido una nueva investigación dirigida por el Instituto de Investigación Médica Garvan (Australia) y que ha sido publicada en la revista 'Nature Communications'.
Los investigadores descubrieron que los genes que se activan en algunos tipos de cáncer en los seres humanos también existen en el pez cebra, pero se "silencian" solo unas horas después de la fertilización. De esta forma, el trabajo ha arrojado nuevas evidencias sobre cómo la epigenética puede regular los genes, algunos de los cuales están relacionados con el desarrollo del cáncer en el futuro.
Asimismo, el estudio también ha mostrado diferencias significativas entre la forma en la que el epigenoma se "restablece" en embriones de pez cebra y personas, lo que puede guiar estudios futuros sobre la herencia epigenética. "Hemos demostrado que hemos conservado este evento embrionario que desactiva los genes relacionados con los cánceres en los seres humanos", han dicho los expertos.
Las personas comparten con el pez cebra alrededor del 70 por ciento de los genes productores de proteínas. Por ello, los expertos quisieron investigar cómo se conservan los cambios epigenéticos, los cuales controlan cómo se "lee" el ADN durante el desarrollo de un embrión.
Para ello, los investigadores aislaron por primera vez las células germinales primordiales, las células precursoras del esperma y el óvulo, a partir del desarrollo de embriones de pez cebra y generaron datos de la secuenciación del bisulfito del genoma completo (WGBS), una instantánea de toda la metilación del ADN en la célula.
Así, descubrieron diferencias fundamentales en la forma en la que el ADN se metila en embriones de mamíferos y de pez cebra. En los seres humanos, estas etiquetas de metilación del ADN se limpian casi por completo cuando un espermatozoide fertiliza un óvulo y, posteriormente, se metila de nuevo gradualmente para garantizar que el embrión pueda desarrollarse correctamente. En cambio, los embriones de pez cebra conservan el patrón del grupo metilo del padre.
En este estudio, los investigadores encontraron que las células germinales primordiales del pez cebra tampoco restablecen sus patrones de metilación, sino que heredan los patrones paternos de metilación del ADN. Esto contrasta con los hallazgos en células germinales primitivas de mamíferos, que se someten a una segunda "limpieza de barrido" de sus etiquetas de metilación de ADN.
"Este hallazgo arroja luz sobre los principios moleculares del desarrollo de la línea germinal y destaca al pez cebra como un modelo experimental útil para estudiar cómo se heredan las firmas epigenéticas a través de las generaciones", han detallado los expertos.
Asimismo, los investigadores analizaron cómo se metila el ADN en embriones de pez cebra, en cuatro etapas de desarrollo, descubriendo 68 genes que fueron metilados y desactivados durante el desarrollo embrionario en las 24 horas de la fertilización.
"Lo que fue interesante es que la mayoría de estos genes pertenecen a un grupo llamado antígenos de los testículos del cáncer. Nuestro trabajo muestra que estos son algunos de los primeros genes que están 'silenciados', o dirigidos por la metilación del ADN, tanto en el pez cebra como en los mamíferos", han zanjado los expertos.