MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Children's Hospital Los Angeles (Estados Unidos) han conseguido elaborar una hoja de ruta sobre el desarrollo típico del cerebro de los niños durante un período crítico de su maduración. El estudio muestra cómo una 'ola de maduración cerebral' subyace directamente a importantes cambios sociales y de comportamiento que los niños desarrollan durante la transición de la infancia a la adolescencia.
A medida que los niños maduran, muchos aspectos de sus vidas cambian en preparación para la edad adulta. Los ambientes académicos y sociales se intensifican durante este tiempo, requiriendo un dominio creciente de los pensamientos, las emociones y el control de la conducta. Se sabe muy poco acerca de lo que está sucediendo neurológicamente durante esta importante transición.
Por ello, este grupo de investigadores examinó los cambios anatómicos y de comportamiento durante el desarrollo neurológico en un grupo de niños de 9 a 12 años de edad. Una comprensión más detallada del desarrollo típico del cerebro podría dar a los científicos y médicos un mejor marco para ayudar a cuidar a los niños que pueden estar desarrollándose atípicamente o enfrentando desafíos de desarrollo.
"Sabemos que los niños están creciendo sustancialmente en su capacidad de autorregulación durante este tiempo. Entre muchos otros cambios, su capacidad de atención se está expandiendo y están aprendiendo normas sociales tales como la medición de respuestas o comportamientos apropiados", explica Mary Baron Nelson, la primera autora de esta investigación, que se ha publicado en la revista 'Journal of Neuroscience'.
Debido a que estos son procesos cognitivos, el grupo de investigación planteó la hipótesis de que podrían estar ocurriendo cambios mensurables en la estructura y función cerebral. Esto es precisamente lo que encontraron. El equipo de científicos examinó las medidas anatómicas, químicas y neuropsicológicas para determinar qué cambios podrían estar ocurriendo en un grupo de 234 niños sanos de 9 a 12 años de edad.
Usando imágenes y midiendo metabolitos cerebrales, el grupo observó una 'onda de maduración' que barre el cerebro. Los tractos de la materia blanca (las vías en el cerebro que transmiten información) mostraron una maduración creciente con la edad desde la parte posterior hasta la parte frontal del cerebro. "Esto es de esperar, ya que los lóbulos frontales no están completamente formados hasta que no se cumplen los 20 años de edad", puntualizan los científicos.
Los lóbulos frontales median en la función ejecutiva (planificación mayor de decisiones y acciones complejas), pero quizás lo menos esperado es que muchos de estos cambios comiencen a ocurrir tan pronto. Los hallazgos del estudio muestran que esta maduración comenza en gran medida durante los años 9-12. Esta madurez cerebral se correlaciona con un período de tiempo crítico y formativo: los niños están experimentando una madurez neurológica rápida al mismo tiempo que se enfrentan a decisiones sociales y académicas difíciles.
A medida que el niño crece, se vuelve más capaz de controlar los impulsos y procesar conceptos complejos. En apoyo de esta observación, el grupo descubrió un aumento en las puntuaciones de las tareas que medían estas habilidades. Los investigadores analizaron los datos y pudieron determinar que los cambios anatómicos y metabólicos que ocurren durante esta ventana de desarrollo son responsables de este aumento en las habilidades. "Hemos aprendido que este no es un período de espera. Los cambios dinámicos están ocurriendo y esto nos da una oportunidad real de intervención. Podemos ayudar a moldear a estos niños a medida que crecen", concluye Mary Baron Nelson.