MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un fármaco experimental, probado por primera vez en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) como último esfuerzo para ayudar a una mujer de 25 años con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) juvenil, se está probando ahora en pacientes con ELA en un ensayo clínico global de fase 3.
El estudio, publicado en la revista científica 'Nature Medicine', descubrió que el fármaco, denominado informalmente jacifusen, reducía los niveles de FUS, una proteína tóxica en las neuronas de la mujer y en ratones con la enfermedad. El ensayo clínico será fundamental para determinar si el fármaco puede frenar la progresión de la enfermedad.
Aunque el fármaco fue posiblemente demasiado poco y demasiado tarde para ayudar a la joven que lo recibió por primera vez, el estudio descubrió que "tuvo un efecto profundo, eliminando prácticamente las proteínas tóxicas en el sistema nervioso central y reduciendo la carga de la patología del FUS de forma espectacular", explica el líder del estudio, el doctor Neil Shneider.
"Junto con nuestros datos sobre animales, este estudio sugiere que el fármaco tiene el potencial de retrasar o prevenir la ELA causada por el FUS mutante antes de que aparezcan los síntomas o de ralentizar la progresión clínica tras la aparición de la enfermedad", añade al respecto.
LA HISTORIA DE JACIFUSEN
Jacifusen recibe su nombre de Jaci Hermstad, la primera persona que recibió el fármaco, pero ya estaba en desarrollo antes de que a Jaci se le diagnosticara ELA.
La ELA suele asociarse a los adultos, pero una forma rara y agresiva de la enfermedad puede afectar a personas, como Jaci, en la adolescencia o la veintena. La enfermedad ataca las neuronas motoras del paciente, que controlan los músculos del cuerpo, hasta que ya no puede moverse ni respirar sin ayuda.
Hace varios años, los investigadores descubrieron que la mayoría de los adolescentes y adultos jóvenes con ELA tienen mutaciones en un gen llamado FUS.
En un estudio de una serie de modelos de ratón con mutaciones de FUS relacionadas con la ELA publicado en 2016, y en otra serie del estudio actual, Shneider descubrió que la proteína FUS mutante es tóxica para las neuronas motoras, lo que sugiere que la reducción de los niveles de FUS mediante el silenciamiento del gen que produce la proteína podría proteger las neuronas de los pacientes con ELA con la mutación.
En 2018, Shneider conoció a Jaci, una joven de Iowa (Estados Unidos) cuya hermana gemela había muerto de ELA causada por una mutación genética en el gen FUS. Poco después, Jaci comenzó a mostrar signos y síntomas de ELA. Shneider se puso inmediatamente en contacto con Ionis Pharmaceuticals en busca de un fármaco que detuviera la producción de la proteína FUS, lo que podría frenar la progresión de la enfermedad de Jaci.
Esto condujo a la identificación del ION363, un compuesto que reducía eficazmente los niveles de FUS en el cerebro y la médula espinal del ratón y evitaba la aparición de la enfermedad en el modelo de ratón de la ELA relacionada con el FUS. Sin embargo, este fármaco nunca se había probado en humanos.
Con notable rapidez, Shneider obtuvo un permiso especial de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para administrar el fármaco a Jaci a través de su programa de uso compasivo, que pone los tratamientos experimentales a disposición de los pacientes gravemente enfermos fuera de los ensayos clínicos. "No había tiempo que perder. Las personas con estas mutaciones suelen morir al año del diagnóstico", dice Shneider.
Jaci recibió la primera de varias dosis del fármaco en 2019. "Vimos una desaceleración significativa en su deterioro funcional, lo que sugiere que el medicamento estaba funcionando como se esperaba, pero lamentablemente, su enfermedad ya estaba avanzada cuando comenzó el tratamiento y murió aproximadamente un año después", detalla el investigador.
EL JACIFUSEN ELIMINA LAS PROTEÍNAS TÓXICAS
En su nuevo estudio, Shneider descubrió que una única infusión de jacifusen al nacer en un modelo de ratón silenciaba eficazmente el gen FUS, reducía los niveles de proteína FUS en el cerebro y la médula espinal y retrasaba la degeneración de las neuronas motoras en los ratones, todo ello sin efectos secundarios aparentes.
En Jaci, el jacifusen también provocó profundos cambios en el cerebro. Al examinar el tejido cerebral de Jaci, donado por ella y la familia Hermstad, se comprobó que el tratamiento con el fármaco del mismo nombre reducía notablemente las aglomeraciones de proteína FUS (un sello distintivo de la enfermedad) en sus células cerebrales. "A nivel celular, el jacifusen fue extremadamente eficaz para hacer lo que esperábamos", apunta.
Los hallazgos, junto con los signos alentadores de otros 10 pacientes que recibieron jacifusen en el marco del programa de uso compasivo, convencieron a Ionis para patrocinar un ensayo clínico de fase 3 en Columbia y en varios otros centros de Estados Unidos, Europa y Asia. El ensayo, dirigido por Shneider, incluirá al menos a 64 pacientes.
"Este ensayo determinará si jacifusen es seguro y si puede frenar eficazmente la progresión de la enfermedad en pacientes sintomáticos de FUS-ELA. Si se aprueba, jacifusen sería el primer tratamiento para esta forma tan agresiva de ELA de inicio temprano", remacha Shneider.