GRANADA 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de científicos de los centros de investigación en 'Tecnologías de la Información y las Comunicaciones' y 'Mente, Cerebro y Comportamiento' de la Universidad de Granada (UGR) ha logrado diferenciar por primera vez la percepción consciente de la inconsciente con gran precisión mediante el uso combinado de electroencefalografía y algoritmos de inteligencia artificial.
El estudio, publicado en Scientific Reports, revela que el cerebro procesa información visual en apenas 100 milisegundos, incluso cuando no somos conscientes de ella, demostrando que nuestra mente percibe mucho más de lo que creemos.
El experimento central del estudio ha consistido en la realización de tareas de percepción visual rápida por parte de un grupo de voluntarios. Mientras se registraba su actividad cerebral con electroencefalografía, los participantes debían indicar si habían visto o no unos estímulos que aparecían en una pantalla durante milisegundos.
La clave del éxito radicó en la combinación de estas mediciones con sofisticados algoritmos de aprendizaje automático, capaces de encontrar patrones en la señal cerebral que son indetectables para el ojo humano.
Los resultados han revelado que los algoritmos pueden predecir con alta fiabilidad no sólo la presencia objetiva del estímulo, sino también la experiencia subjetiva del participante. Es decir, si creía haberlo visto o no. Este doble nivel de decodificación marca un hito metodológico, pues permite separar el mero procesamiento sensorial de la consciencia perceptual real.
Un hallazgo fundamental ha sido la confirmación de que nuestro cerebro procesa una gran cantidad de información de manera inconsciente. Estas representaciones cerebrales no conscientes aparecen de forma muy temprana, aproximadamente a los 100 milisegundos tras la presentación del estímulo.
Aunque son más débiles y inestables que las conscientes, este procesamiento subliminal es suficiente para influir en nuestro comportamiento, determinando, por ejemplo, la velocidad con la que respondemos a un evento posterior.
El estudio también ha profundizado en el cómo, empleando un análisis avanzado de la señal de EEG que descompone la actividad en sus diferentes frecuencias u oscilaciones cerebrales. Esta técnica de tiempo-frecuencia proporciona una imagen mucho más rica y sensible de la dinámica neuronal subyacente a la percepción, superando las limitaciones de los análisis tradicionales.