MADRID 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Hospital Rijnstate en Arnhem, Holanda, están utilizando de forma experimental la terapia electroconvulsiva o de 'electroshock' para tratar ciertas condiciones como la depresión mayor y, según han visto, podría servir también para eliminar determinados recuerdos de la memoria del paciente.
Esta técnica se lleva utilizando desde hace 75 años pero consiste en aplicar corriente eléctrica al cerebro para desencadenar convulsiones temporales, usando relajantes musculares e incluso anestesia para que los pacientes no sufran.
Y aunque en muchos casos se ha criticado por ser algo inhumano o vincularse con la Psiquiatría antigua, todavía hay muchos médicos y pacientes que la consideran una alternativa terapéutica a tener en cuenta en determinados casos, como la depresión más extrema.
En este caso, la investigación llevada a cabo en Holanda se ha centrado en los recuerdos y utiliza la terapia para irrumpir en ellos, explican los autores a la BBC.
En concreto, a los participantes de la investigación les mostraron dos conjuntos de fotos, cada una de ellas con una historia. Justo antes de recibir esta terapia, les volvieron a enseñar una de las historias, con el fin de reactivar ese recuerdo en particular.
Lo sorprendente fue que, tras el tratamiento, a los pacientes se les olvidó la historia que acababan de ver, mientras que la otra permanecía en la memoria.
"Sólo recuerdo que me habían mostrado algo, pero nada más", ha confirmado a la BBC Jannetje Brussaard-Nieuwenhuizen, una de las participantes del estudio que lleva recibiendo esta terapia desde hace 1969. De hecho, asegura que es de la única forma con que consigue combatir su depresión.
Los investigadores esperan que un día esta terapia se pueda utilizar para tratar algunos trastornos como el estrés postraumático. "Potencialmente es muy emocionante, porque si podemos reactivar pensamientos o recuerdos, podemos encontrar un tratamiento para este tipo de problemas", ha apuntado el doctor Jeroen Van Waarde, psiquiatra del hospital Rijnstate.
Sin embargo, Van Waarde advierte de que, pese a estos resultados preliminares, todavía están muy lejos de poder generalizar su uso en más pacientes. Incluso si se prueba que es posible científicamente borrar determinados recuerdos, añade, quedarían preguntas éticas por responder, como las implicaciones de destruirlos.
"Hay que tener en cuenta que estos resultados se basan en evocaciones generadas de forma artificial. Y las conexiones más profundas de nuestra memoria real pueden ser más difíciles de borrar", según este experto.