MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Michingan (Estados Unidos) han identificado un posible enfoque que puede ser prometedor para detener la progresión de la destrucción de las células nerviosas en personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la demencia frontotemporal (DFT).
La ELA, una enfermedad poco frecuente pero devastadora, ataca las células nerviosas del cuerpo, lo que resulta en debilidad muscular progresiva a medida que las neuronas degeneran con el tiempo. No hay cura. Las personas con ELA eventualmente pierden su fuerza y la capacidad de mover los brazos, las piernas y el cuerpo.
Aproximadamente un tercio de las personas con ELA también desarrollan demencia frontotemporal, una destrucción de neuronas en el cerebro que causa cambios profundos en la personalidad y discapacidad. Las dos enfermedades son similares tanto en patología como en genética. La DFT tiende a afectar a las personas antes que la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia.
Para la mayoría de las personas con ELA y DFT, los depósitos de una proteína llamada TDP-43 se acumulan en las células nerviosas. La acumulación de esta proteína puede ser responsable de la muerte de las células nerviosas en estas patologías. Entender exactamente cómo y por qué sucede esto es el objetivo de este equipo de investigadores.
Sus hallazgos preclínicos más recientes, publicados en la revista 'Cell Reports', señalan una estructura dentro de la proteína TDP-43 que es crítica para la función de esta proteína y su capacidad para causar la muerte de las células nerviosas. En el proceso, descubrieron una pista potencial para detener la destrucción de las células nerviosas.
Al manipular la estructura de la proteína, determinaron que la unión del ARN es fundamental para mantener la estabilidad, función y toxicidad del TDP-43 en los modelos de la enfermedad. La función principal del ARN es traducir las instrucciones moleculares del ADN para construir proteínas. Para que el ARN se traduzca en proteína, tiene que ser procesado correctamente, y tiene que durar lo suficiente para ser traducido. Normalmente, el TDP-43 ayuda a regular tanto el procesamiento como la estabilidad del ARN.
El equipo de demostró que cuando hay demasiado TDP-43, el ARN se desestabiliza. Los ARN más afectados estaban involucrados en la producción de energía y proteínas, dos vías que las células nerviosas necesitan para sobrevivir. Encontraron un patrón idéntico en las células de los pacientes de ELA, lo que sugiere que el TDP-43 podría ser el responsable.
Debido a que la estructura de la proteína es crucial para la función, se preguntaron si podrían alterar la función del TDP-43 al cambiar su estructura. Al introducir mutaciones específicas, interrumpieron una interacción entre dos partes de la proteína necesaria para la unión del ARN, creando versiones de TDP-43 incapaces de unirse al ARN. Inesperadamente, encontraron que cuando el TDP-43 no puede unirse al ARN, se degrada rápidamente, lo que los lleva a creer que estas versiones del TDP-43 no serían tan letales para las células nerviosas.