MÁLAGA 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El grupo de investigación 'Neuropsicofarmacología de la Adicción' del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) ha recibido una ayuda de 85.000 euros concedida por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienes Social para identificar biomarcadores de adicción diferenciales por género en consumo de alcohol.
En concreto, se trata de un estudio que pretende conocer cuáles son las diferencias de género --entre hombres y mujeres-- en la expresión y función de determinadas moléculas en la sangre que indican el estado de inflamación, y que aparecen alteradas por el consumo patológico de alcohol.
Por tanto, este estudio permitirá valorar la validez de estas moléculas inflamatorias como biomarcadores de adicción atendiendo al género, según han explicado a través de un comunicado.
La dotación económica está integrada en la Convocatoria de Ayudas a Proyectos de Investigación 2018 del Plan Nacional sobre Drogas.
El estudio tiene un plazo de ejecución de tres años --desde el 2018 hasta el 2020--, y se centra en identificar y describir señales inflamatorias relevantes en células blancas de sangre de pacientes con trastornos por uso de alcohol, distinguiendo entre hombres y mujeres.
El investigador principal del proyecto es el investigador de IBIMA Francisco Javier Pavón, que desarrolla su actividad investigadora en los laboratorios e instalaciones de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Regional Universitario de Málaga y de la Universidad de Málaga.
Los trastornos por uso de alcohol conllevan una carga social y económica para la sociedad, además de estar asociados a un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud.
Al respecto, Pavón ha señalado que el consumo de alcohol en mujeres se ha incrementado de manera considerable a edades tempranas. "Una de las principales consecuencias fisiológicas del consumo prolongado de alcohol es la inducción de un estado pro-inflamatorio. Por tanto, aunque la manifestación de señales inflamatorias alteradas, podrían ser caracterizadas e identificadas como marcadores biológicos, la existencia de diferencias por género en la expresión de estas señales debe evaluada y tenida en cuenta", ha subrayado el investigador.
Además, según el propio investigador principal del proyecto, "existe una importante diferencia entre hombres y mujeres en la demanda de atención terapéutica y en sus características clínicas".
En este sentido, ha destacado que el proyecto plantea un estudio en humanos que potencie el reclutamiento y participación de mujeres con y sin trastornos por uso de alcohol para su evaluación clínica y socio-demográfica y para la determinación bioquímica de sistemas de señalización inflamatorios en sangre y su posterior evaluación como biomarcadores de adicción diferenciales por género.
Complementariamente, un estudio preclínico desarrollaría un modelo de exposición intermitente al alcohol en ratas machos y hembras para caracterizar farmacológicamente estas señales.
RESULTADOS
En cuanto a la aplicabilidad de los resultados de la investigación, Pavón ha explicado que "el estudio se aborda desde una perspectiva clínico-asistencial y básica, al estudiar a hombres y mujeres que demandan tratamiento por alcohol en la red de centros ambulatorios del Centro Provincial de Drogodependencia en combinación con modelos animales de exposición repetida a alcohol".
Actualmente, las unidades y centros de tratamientos de adicciones y drogodependencias se enfrentan a limitaciones para desarrollar sus programas de tratamiento, entre las que cabe destacar: una insuficiente clasificación o agrupación de los pacientes a tratar según sus complicaciones clínicas, la elevada prevalencia de trastornos psiquiátricos, y la ausencia de biomarcadores de adicción como herramientas diagnósticas.
No obstante, las diferencias por género en todas estas limitaciones no siempre son tenidas en cuenta. "El proyecto pretende implementar las herramientas diagnósticas a partir de una mejora en la clasificación y descripción clínica de los pacientes, y en la identificación de biomarcadores inflamatorios de enfermedad, poniendo el foco de atención en diferencias por género".
"Esto supondría importantes beneficios en la calidad asistencial, terapéutica y socio-económica derivados de mejoras en la salud, lo que se traduce en un incremento en la calidad de vida no solamente de los pacientes, sino también de sus familias", ha subrayado el investigador.
El trastorno por uso de alcohol supone un importante problema de salud pública de primer nivel, tanto por su prevalencia como su complicado abordaje, así como por la falta de herramientas diagnósticas y terapéuticas que permitan su abordaje correctamente en la atención sanitaria, presentando en muchos casos un segundo diagnóstico psiquiátrico que dificulta la labor asistencial.
El estudio presenta la posibilidad de profundizar en los trastornos psiquiátricos inducidos por el alcohol, frente a los que están presentes de manera primaria por los pacientes debido a causas externas al consumo de alcohol.