MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Cada vez hay más evidencia de que una abundancia relativa de ciertos microbios intestinales puede estar relacionada con la salud esquelética. Investigadores de Hebrew SeniorLife, una filial de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), han encontrado una conexión entre el microbioma intestinal y la densidad ósea.
Si se confirman con investigaciones adicionales, los hallazgos podrían brindar la oportunidad de alterar los microbiomas intestinales para lograr una mejor salud ósea, a medida que los científicos aprendan más sobre la osteomicrobiología, un nuevo término utilizado recientemente para caracterizar esta relación.
Debido a la falta de estudios en humanos a gran escala sobre el microbioma intestinal y la salud esquelética, investigadores realizaron un estudio observacional basado en el estudio Framingham de tercera generación de hombres y mujeres, y el estudio de fracturas osteoporóticas en hombres (MrOS) mayores para determinar si podían encontrar un factor potencialmente modificable contribuyendo a su salud esquelética. El estudio, publicado en 'Frontiers in Endocrinology', utilizó imágenes de alta resolución del brazo y la pierna.
Este descubrimiento es importante porque la baja densidad ósea aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis, que afecta a más de 10 millones de estadounidenses mayores de 50 años, y puede aumentar el riesgo de fracturas. El estudio encontró que la bacteria llamada 'Akkermansia', que se ha asociado con la obesidad, y la bacteria 'Clostridiales DTU089', tenían asociaciones negativas con la salud ósea para adultos mayores.
Se ha descrito que 'DTU089', una bacteria de la clase 'Clostridia', es más abundante en personas con menor actividad física y menor ingesta de proteínas, y podría ser importante porque estudios anteriores han encontrado que la ingesta de proteínas y la actividad física tienen una conexión definitiva con la salud esquelética.
"Encontramos patrones en los que una mayor abundancia de microbiota se asociaba con peores medidas de densidad ósea y microarquitectura. De hecho, algunas bacterias se asociaron con diferencias en el área de la sección transversal del hueso, lo que sugiere la posibilidad de que ciertos microbios puedan influir en cómo el hueso cambia de tamaño con el envejecimiento", ha señalado el investigador principal Douglas P. Kiel, científico principal del Instituto Marcus, realizó un estudio observacional.
"Es prematuro saber si los propios organismos bacterianos pueden tener efectos sobre la salud esquelética. Con estudios adicionales podríamos obtener información sobre las asociaciones entre especies bacterianas específicas en el intestino y la integridad esquelética. También esperamos identificar vías funcionales específicas influenciadas por las bacterias que podrían influir en el esqueleto", añade.