MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las células cancerosas pueden volverse resistentes a los tratamientos mediante la adaptación, lo que las hace notoriamente difíciles de derrotar y altamente letales. Un estudio del Centro del Cáncer del Laboratorio de Cold Spring Harbor (Estados Unidos) ha investigado la base de la resistencia al cáncer de páncreas.
En su trabajo, publicado en la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences', descubrieron uno de los respaldos a los que estas células recurren cuando se enfrentan a los fármacos que eliminan el cáncer.
KRAS es un gen que impulsa la división celular. La mayoría de los cánceres de páncreas presentan una mutación en la proteína KRAS, que provoca un crecimiento incontrolado. Pero los fármacos que desactivan el KRAS mutado no detienen la proliferación. Las células cancerosas encuentran una forma de eludir el bloqueo y seguir dividiéndose.
"Si te quitan el motor principal, tienes una especie de motores de reserva. Pero con ellos se puede seguir adelante. El barco aún no se hunde. Sigue avanzando a un ritmo más lento. En última instancia, lo que queremos es hundir el barco", explica Derek Cheng, autor principal del estudio.
Los investigadores querían descubrir los "motores de reserva" de estas células cancerosas. Utilizaron una técnica llamada etiquetado de proximidad con biotina para identificar qué otras proteínas interactuaban con el KRAS mutante.
Los científicos encontraron "pintura de biotina" en una proteína llamada RSK1, que forma parte de un complejo que mantiene inactivo a un grupo de proteínas cercanas, llamadas proteínas RAS. Los científicos se sorprendieron al descubrir que cuando inactivaban el KRAS mutante, el complejo RSK1 cercano también dejaba de funcionar. Esto permitió que las proteínas RAS se activaran y asumieran el trabajo del KRAS mutante que faltaba.
Para detener las células del cáncer de páncreas podrían ser necesarios fármacos que puedan dirigirse simultáneamente a múltiples moléculas. Tuveson espera descubrir más actores que contribuyan a la adaptación de las células cancerosas para mejorar los futuros tratamientos.