MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio español ha analizado la interacción entre el linfoma folicular (FL) y su microambiente, proponiendo un nuevo marcador pronóstico y nueva estrategia terapéutica. Los resultados de este trabajo se han publicado en la revista 'Leukemia'.
El linfoma folicular es el segundo subtipo más común de linfoma no Hodgkin y el linfoma indolente más frecuente en los países occidentales, representando el 20-30 por ciento de todos los casos. A pesar de su carácter indolente, se trata de una la enfermedad incurable caracterizada por recaídas frecuentes que reducen la supervivencia del paciente, y un riesgo acumulativo de transformación a una linfoma agresivo (1 por ciento por año tras el diagnostico).
El origen de este linfoma reside en la estrecha colaboración entre alteraciones genéticas bien caracterizadas y la interacción de la célula tumoral con un microambiente complejo integrado por diversos tipos celulares. En este trabajo se ha focalizado en el análisis de las interacción entre las células de linfoma con dos poblaciones fundamentales en el centro germinal del folículo linfoide donde se origina: los monocitos/macrófagos y las células dendríticas foliculares (FDC).
Gracias al uso de co-cultivos primarios de células de pacientes de FL y modelos murinos, los autores han demostrado que la interacción entre FL-FDC favorece el crecimiento tumoral y, a través de la secreción de las citocinas CCL2 y CSF-1, promueve el reclutamiento, la diferenciación y la polarización de monocitos a macrófagos hacia un fenotipo pro-tumoral tipo M2, dando soporte al tumor y generando un ambiente inmunosupresor.
Asimismo, el análisis del eje CSF-1/CSF-1R para la diferenciación y activación de los macrófagos reveló que los pacientes de alto grado presentan altos niveles de CSF-1 en suero, y elevada expresión del receptor CSF-1R en el tejido tumoral, correlacionando además con una menor una supervivencia global y un mayor riesgo de transformación a un linfoma agresivo.
Por ultimo, los autores proponen un nueva aproximación terapéutica combinando el inhibidor de CSF-1R pexidartinib (PLX3397) con la inmunoterapia estándar en FL (anti-CD20, rituximab) que desmantela la comunicación entre las células tumorales y los macrófagos de tipo M2, al mismo tiempo que induce un re-educación de los macrófagos a un fenotipo pro-imflammatorio M1 y por tanto anti-tumoral.
"El resultado de este terapia combinada es un potente efecto antitumoral sin necesidad de los tradicionales cocktails quimioterapéuticos", comenta el primer autor del articulo Juan García Valero, investigador del IDIBAPS y del CIBERONC.
En resumen, estos resultados apoyan el papel de los macrófagos en la patogénesis de linfoma folicular e indican que CSF-1R puede ser un factor pronóstico relevante y una nueva diana terapéutica que coopera con la inmunoterapia anti-CD20.