MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC) en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) han identificado una nueva diana terapéutica para el carcinoma escamoso de cabeza y cuello (CECyC), el sexto cáncer más frecuente a nivel mundial.
Según apuntan desde el CIBERONC, la mitad de los pacientes no sobreviven a los cinco años del diagnóstico y, aquellos que lo hacen, presentan "importantes" secuelas físicas y estéticas derivadas de los agresivos tratamientos quirúrgicos, radio y quimioterapéuticos. La medicina personalizada, además, "apenas" ha llegado a este tipo de cáncer: en la actualidad solo hay aprobadas dos terapias dirigidas para CECyC y ninguna de ellas se aplica basándose en biomarcadores, por lo que se desconocen las bases moleculares de la sensibilidad/resistencia a estos fármacos.
Las nuevas investigaciones se han desarrollado en la unidad mixta de Oncología Molecular del CIEMAT (integrado en el CIBERONC) y del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital 12 de Octubre, dirigida por Jesús M. Paramio y, dada la naturaleza científico-traslacional de estos trabajos, se ha contado con la participación de cirujanos y patólogos del Hospital Universitario de A Coruña y del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
Basándose en el análisis de datos genómicos de cientos de tumores humanos de CECyC, el trabajo ha identificado que específicamente el aumento de la expresión del oncogén 'PIK3CA' es un marcador de mal pronóstico en este tipo de tumores. Además, han identificado que en estos tumores de mal pronóstico se produce una activación de los genes dependientes del factor YAP.
Este coactivador de la transcripción génica es el efector de la vía molecular de 'Hippo-YAP', que en la última década se ha detectado como una de las vías moleculares más importantes encargadas del control de la proliferación mediada por contacto celular. "De hecho, la pérdida de este freno sería uno de los primeros eventos necesarios para el desarrollo tumoral en tumores sólidos de origen epitelial como el de cabeza y cuello, vejiga, colorrectal y determinados tipos de tumores de mama y pulmón", explican los científicos.