MADRID 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y al Instituto de Oncología del Principado de Asturias, liderado por el Premio Nacional de Investigación Carlos López-Otín, han descubierto una nueva función para la autofagia, un proceso esencial para el mantenimiento celular, que en caso de ser alterada produce pérdida de equilibrio y otros trastornos del oído interno, como el vértigo.
La investigación, publicada ayer en 'The Journal of Clinical Investigation', establece una "nueva y sorprendente" función para el proceso de autofagia, esencial para el mantenimiento y la renovación de las células, que disminuye con la edad de forma progresiva.
"Al eliminar el gen que codifica una de las proteasas que regulan el proceso de autofagia en el organismo, la autofagina, nos sorprendió observar que los ratones presentaban alteraciones en su comportamiento típicas de los desórdenes del oído interno relacionados con deficiencias en el equilibrio y en la percepción de la aceleración", afirma Guillermo Mariño, integrante de la investigación que actualmente se encuentra en el Institut Gustave Roussy de París (Francia).
Una de las potenciales aplicaciones de este trabajo en la vertiente clínica es el diseño de fármacos específicos que puedan activar una autofagia deficiente y mejorar los síntomas de las personas que sufren vértigo. De forma más general, permitiría avanzar en el tratamiento de otros trastornos relacionados con la disminución de actividad autofágica en las células, aunque "las patologías relacionadas son extremadamente complejas y en ellas influyen múltiples factores".
Como indican los investigadores, ha sido especialmente relevante para este trabajo haber desarrollado un modelo animal que en lugar de una carencia total de autofagia, como los disponibles hasta ahora, presenta una reducción de esta actividad celular. En este caso, "lo significativo de los ratones que hemos generado es que presentan niveles anormalmente reducidos de autofagia y no una ausencia total de la misma como los modelos desarrollados hasta el momento".
De hecho, indica Guillermo Mariño, "la carencia total de autofagia desencadena la muerte del organismo a las pocas horas de su nacimiento. Gracias a esta ventaja, nuestros ratones permiten estudiar las funciones fisiológicas de la autofagia".
El equipo continuará trabajando para conocer mejor las autofaginas, un tipo de proteasas que regulan el proceso de autofagia celular y que pueden desempeñar funciones importantes como supresores tumorales. "Esperamos continuar estudiando los efectos de la eliminación de los genes que expresan estas proteasas, tanto en solitario como en distintas combinaciones, y observar sus efectos frente a distintas situaciones inductoras de estrés celular incluyendo el cáncer", avanza Guillermo Mariño.