MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un trabajo del Instituto de Neurociencias CSIC-UMH, en Alicante, y del Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg (Alemania) ha detectado mediante resonancia magnética que los daños en el cerebro producidos por el alchol siguen progresando cuando cesa el consumo de alcohol durante las primeras semanas de abstinencia.
La investigación, publicada este miércoles en la revista 'Journal of the American Medical Association Psychiatry', muestra que seis semanas después de haber dejado de beber, siguen produciéndose cambios en la materia blanca del cerebro, según revela un estudio de neuroimagen realizado a noventa pacientes voluntarios internados en un hospital de Alemania para su tratamiento de rehabilitación.
"Aunque la toxicidad directa del alcohol cesa al dejar de beber, hemos visto que los cambios en el cerebro siguen progresando. La hipótesis es que esto ocurre porque se pone en marcha un proceso inflamatorio que sigue avanzando incluso en ausencia de alcohol.
"Creemos que esto está relacionado también con la facilidad de recaída que se produce después de dejar de beber durante el periodo de abstinencia". Por ello, "prevenir estos ciclos de consumo/abstinencia/recaída es fundamental", explica Santiago Canals, que lidera el grupo de Plasticidad de las Redes Neuronales del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC.
En este estudio observacional prospectivo participaron 91 pacientes con una edad media de 46 años, hospitalizados en Alemania a causa de un trastorno por consumo de alcohol. Para comparar las resonancias magnéticas cerebrales de estos pacientes se utilizó un grupo control sin problemas de alcohol compuesto por 36 varones con una edad media de 41 años.
Además, se ha realizado paralelamente un estudio en un modelo con ratas 'Marchigian Sardinian' con preferencia por el alcohol, que permite monitorizar la transición de normal a dependencia de alcohol en el cerebro, "un proceso que no es posible ver en humanos, porque en los estudios participan voluntarios sanos y personas con trastorno por abuso de alcohol", explica la doctora Silvia de Santis, primera autora del trabajo.
Así, estas ratas permiten contrastar si los daños observados en el cerebro de los pacientes participantes están realmente producidos por el alcohol, algo muy difícil de determinar, destaca la experta.
DAÑOS EN EL HEMISFERIO DERECHO Y EL ÁREA FRONTAL DEL CEREBRO
Los daños observados durante el periodo de abstinencia afectan preferentemente al hemisferio derecho y al área frontal del cerebro, y rebaten la idea de que las alteraciones microestructurales comienzan a revertirse a valores normales inmediatamente después de abandonar el consumo de alcohol. Además, proporcionan información sobre las neuroadaptaciones que se producen en el cerebro durante el periodo de abstinencia.
"Con el consumo de alcohol se produce un cambio generalizado en la sustancia blanca, es decir, en el conjunto de fibras que comunican distintas partes del cerebro. Las alteraciones son más intensas en el cuerpo calloso y la fimbria. El cuerpo calloso está relacionado con
la comunicación entre ambos hemisferios. La fimbria contiene las fibras nerviosas que comunican el hipocampo, estructura fundamental para la formación de memorias, el núcleo accumbens y la corteza prefrontal", detalla el doctor Canals.
Ahora, los investigadores están intentando caracterizar los procesos inflamatorios y degenerativos de forma independiente y más precisa, con el fin de caracterizar la progresión durante la fase de abstinencia temprana en personas con problemas de abuso de alcohol. Para ello, están desarrollando un método de cribado basado en imagen avanzada de resonancia magnética.