MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Centro Nacional de Enfermedades Tumorales de Dresde (Alemania) y de la Universidad de Medicina de Dresde, junto con un equipo internacional de investigadores, han demostrado que ciertos glóbulos blancos, los llamados neutrófilos, pueden potencialmente (después de completar un programa de formación especial) ser utilizados para el tratamiento de tumores.
Para estimular el entrenamiento de esta parte del sistema inmunológico innato, los científicos utilizaron el beta-glucano, una molécula de azúcar de cadena larga que se encuentra como fibra natural principalmente en las paredes celulares de los hongos, la avena o la cebada. El entrenamiento inmunológico ya se hizo efectivo a nivel de la formación de la sangre en la médula ósea, en las células precursoras de los granulocitos neutrófilos. Sobre la base de este mecanismo recientemente descrito, es posible que en el futuro se desarrollen nuevas inmunoterapias contra el cáncer que mejoren el tratamiento de los pacientes con cáncer.
Las células tumorales pueden evadir el sistema inmunológico de varias maneras y de esta manera anular su efecto protector. Las inmunoterapias tienen como objetivo prevenir estas maniobras evasivas y redirigir los mecanismos de defensa naturales del cuerpo del paciente contra las células cancerosas.
Las inmunoterapias modernas se basan en los especialistas de nuestro sistema de defensa, como las células T, las células dendríticas o ciertos anticuerpos. Como parte del sistema inmunológico específico, estos son capaces de reconocer las estructuras adecuadas en las células tumorales o inmunes e iniciar o ejecutar una reacción de defensa adaptada con precisión. Por primera vez, estos científicos pudieron demostrar que incluso la respuesta inmunológica no específica de nuestro cuerpo puede, mediante un entrenamiento especial, ser armada contra los tumores.
"Sobre la base del mecanismo descrito, se pueden concebir nuevas formas de inmunoterapia contra el cáncer que podrían mejorar las posibilidades de tratamiento de determinados pacientes en el futuro", explica Triantafyllos Chavakis, líder del estudio, que se ha publicado en la revista 'Cell'.
En el centro del mecanismo descrito se encuentran células inmunes especiales, los neutrófilos. Estos forman el subgrupo más común de los glóbulos blancos y forman parte de la defensa inmunológica innata e inespecífica. A diferencia de la parte específica de nuestro sistema inmunológico (que primero analiza detalladamente las estructuras extrañas del cuerpo y luego, con un desfase temporal, activa mecanismos de defensa a medida) la parte no específica de la propia defensa del cuerpo actúa como una fuerza de respuesta rápida: si los patógenos entran en el cuerpo o las células se degeneran, éste reacciona muy rápidamente y en su mayoría de forma estereotipada.