MADRID 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Edith Cowan (ECU) han desarrollado una innovadora forma de medir la edad biológica, que podría facilitar la detección y el seguimiento de enfermedades relacionadas con la edad.
Un equipo de la ECU, junto con investigadores del Hospital Real Príncipe Alfredo de Sídney y la Facultad de Medicina de la Universidad de Shantou (China), ha estudiado elementos en la sangre que cambian con la edad, específicamente el N-glicoma de IgG, que se refiere a la estructura de azúcar unida a los anticuerpos, así como un registro de la actividad genética dentro de las células sanguíneas, llamado transcriptoma.
Al combinar estos dos conjuntos de datos mediante una técnica de inteligencia artificial (IA) llamada Aprendizaje por Refuerzo Profundo, los investigadores crearon un nuevo reloj de envejecimiento llamado gtAge. El método gtAge predijo la edad de una persona con un 85 por ciento de precisión, más preciso que usar solo el N-glicoma de IgG o el transcriptoma.
También descubrieron que la diferencia entre la edad predicha y la edad real, llamada edad delta, estaba relacionada con marcadores de salud relacionados con el envejecimiento, como los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
El doctor Xingang Li, coautor e investigador postdoctoral de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la ECU, explicó que, si bien la edad cronológica (el tiempo transcurrido desde el nacimiento) es la métrica más directa y utilizada, no refleja por completo la variabilidad individual en el proceso de envejecimiento.
"En realidad, algunas personas se mantienen sanas hasta los 80 y 90 años, mientras que otras pueden experimentar un deterioro relacionado con la edad mucho antes", afirma Li.
"Esta discrepancia puede atribuirse a las diferencias en la edad biológica, que integra factores genéticos, de estilo de vida, nutricionales, patológicos y de salud general para reflejar con precisión el verdadero proceso de envejecimiento biológico", ha añadido.
Así, Li ha indicado que gtAge explica el 85,3 por ciento de la variación en la edad cronológica. "Al combinar los datos del N-glicoma de IgG con los del transcriptoma, hemos mejorado la precisión de la estimación del envejecimiento biológico. Se vincula con riesgos reales para la salud y podría ayudar a detectar de forma más temprana a las personas en riesgo de enfermedades relacionadas con la edad", ha apuntado.
ANALIZANDO LOS DATOS
En un importante ejemplo de trabajo interdisciplinario, el coautor, Syed Islam, profesor titular de Ciencias de la Computación en la ECU, dirigió la parte de IA del estudio. "Para mejorar la predicción de la edad mediante datos multiómicos integrados, desarrollamos una herramienta de IA personalizada llamada AlphaSnake, impulsada por Aprendizaje Profundo por Refuerzo", explica Islam.
"Este algoritmo funciona seleccionando los puntos de datos más útiles de dos fuentes biológicas diferentes, evitando los inconvenientes de la combinación ciega de datos", ha agregado.
El estudio consistió en probar gtAge en 302 adultos de mediana edad del Estudio de Envejecimiento Saludable de Busselton en Australia Occidental. Dado el envejecimiento de la población australiana, el equipo de investigación cree que gtAge podría ser una valiosa herramienta médica. "Medir la edad biológica, y no solo fijarse en la fecha de nacimiento, podría ser muy útil para comprender mejor la salud de una persona", afirma Islam.
"Si la conocemos con antelación, podemos cambiar nuestro estilo de vida para cuidar mejor nuestra salud y ayudar a prevenir algunos de los daños que nuestro cuerpo pueda haber sufrido", ha añadido.