MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) han descubierto en un estudio con ratones que los mecanismos que activan la recompensa y la sensación de malestar o inquietud están estrechamente vinculadas en el cerebro.
Los cerebros de los humanos y otros animales tienen circuitos que conectan impresiones de los sentidos con sentimientos positivos o negativos, una función que es necesaria para la supervivencia. Estos circuitos llevan al organismo a buscar cosas que aumenten la probabilidad de supervivencia y reproducción, como la comida y el sexo, ya que producen placer.
En la misma línea, este mecanismo ayuda a los animales a evitar situaciones y cosas dañinas, vinculadas a sentimientos de inquietud y depresión. Estos circuitos neuronales en el cerebro también se activan por la enfermedad. Por ejemplo, en aquellas a largo plazo, como enfermedades inflamatorias crónicas, cáncer y depresión, el sistema puede causar un gran sufrimiento al afectar negativamente a la motivación y el estado de ánimo.
El grupo de investigación dirigido por David Engblom, de la Universidad de Linköping, descubrió previamente un mecanismo que explica por qué las enfermedades inflamatorias provocan inquietud y síntomas depresivos. En el nuevo estudio, los investigadores estaban interesados en un tipo específico de receptor, el receptor de melanocortina 4 (MC4R), que se encuentra en ciertas células nerviosas. Estudiaron ratones que carecían de receptores de MC4R y examinaron cómo reaccionaban los animales a la inflamación.
"Los ratones normales evitan un entorno que asocian con la enfermedad, si pueden elegir entre él y otro lugar. Los ratones que carecen del receptor de melanocortina 4 se comportan de manera opuesta, y se sienten atraídos por tales entornos, como si les 'gustara' la inflamación", ha explicado Engblom, profesor asociado en el Departamento de Medicina Clínica y Experimental y líder del estudio.
Otras cosas que los ratones normales y las personas experimentan como incómodas, como las náuseas, también causaron que los ratones buscaran un ambiente que asociaran con tales experiencias. El comportamiento de los animales sorprendió a los investigadores: "Hemos visto anteriormente que la eliminación de receptores específicos en el cerebro puede hacer que los animales sean indiferentes a la inflamación. Pero nunca antes habíamos visto un cambio de estar asociado con el castigo a estarlo por la recompensa".
Uno de los componentes clave del sistema de recompensa es la dopamina, que actúa como un mensajero químico entre las células nerviosas. La dopamina estimula la motivación y hace que los animales y los seres humanos se esfuercen por lograr cualquier cosa que se experimente como gratificante.
Cuando los investigadores examinaron la señalización basada en la dopamina en el cerebro, comprobaron que el nivel de esta sustancia en ratones normales caía en la parte de recompensa del cerebro cuando los animales experimentaban algo desagradable. Por el contrario, aumentó ligeramente en los ratones que carecían de receptores de melanocortina 4.
"Parece que este receptor de alguna manera evita que las señales de peligro activen el sistema de recompensa. Si el receptor falta, las señales de peligro obtendrán acceso al sistema de recompensa y lo activarán. Esto significa que los ratones que carecen del receptor buscarán cosas que están asociados con el peligro o la incomodidad", ha detallado David Engblom.
El investigador reconoce que "es demasiado pronto" para decir si el mecanismo actúa de la misma manera en los humanos, pero recuerda que, durante la enfermedad a largo plazo, los pacientes a menudo se sienten mal debido a una combinación de dolor, náuseas e inflamación. "Esto significa que puede ser interesante estudiar el receptor de melanocortina 4 con más profundidad, ya que parece estar involucrado en muchos tipos de inquietud y malestar", ha concluido el experto.