MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación de la Universidad de Medicina de Viena (Austria) ha descubierto un biomarcador muy potente para la respuesta clínica a la terapia con células CAR-T, que describe los requisitos previos para el uso óptimo de esta nueva terapia para el tratamiento del linfoma.
Según señalan los hallazgos, que han sido publicados en la revista 'Frontiers in Immunology', actuales son un paso esencial hacia la optimización de esta prometedora terapia.
El linfoma difuso de células B grandes (DLBCL, por sus siglas en inglés) es la forma más común de linfoma (linfoma no Hodgkin). Las tasas de supervivencia a 5 años están ahora entre el 55 y el 64 por ciento. Sin embargo, los pacientes que tienen una recaída temprana de la enfermedad o que no responden a la quimioterapia combinada con anticuerpos tienen un pronóstico aún peor.
En los últimos años ha surgido una nueva forma de terapia muy eficaz para los afectados: las células CAR-T. Para esta terapia, se toman los linfocitos del propio cuerpo, se les dota de receptores quiméricos de células T (CAR = receptor de antígeno quimérico) específicos para las células cancerosas linfáticas, se expanden y luego se devuelven al paciente. Las células T se convierten en células asesinas debido a la expresión de los receptores quiméricos de células T y, en el mejor de los casos, eliminan las células cancerosas linfáticas en el cuerpo del paciente para siempre.
Si bien esta terapia puede ser muy efectiva cuando hay una respuesta de las células CAR-T a las células del linfoma y permite la supervivencia a largo plazo; desafortunadamente, no funciona para todos los pacientes.
En su investigación clínica, los científicos comenzaron en el punto de origen de la producción de células CAR-T: la naturaleza de los propios linfocitos T (células T) del paciente. En el proceso, descubrieron que los pacientes con linfoma a menudo tienen una deficiencia de linfocitos T (linfopenia de células T). Dado que la linfopenia suele ir acompañada de un aumento de las células T "agotadas", este estudio comenzó a medir la cantidad de estas células.
De hecho, se encontró que las células T agotadas aumentaron significativamente en un subconjunto de pacientes. Tales células T agotadas generalmente solo se encuentran en pacientes que sufren de inflamación crónica. Con estas observaciones, los equipos de investigación liderados por Nina Worel de Medicina Transfusional y Ulrich Jger de Hematología, en colaboración con el equipo de Winfried Pickl del Instituto de Inmunología, sentaron las bases para dividir los grupos de pacientes en aquellos con un alto y aquellos con una baja probabilidad de responder a la terapia con células CAR-T.
"Nuestro estudio muestra cuán importante es la naturaleza de las células T para la producción de células CAR-T y que las células T agotadas, que se pueden encontrar en una proporción considerable de pacientes, plantean un problema para la terapia posterior con células CAR-T", señala el líder del estudio Winfried Pickl.