MADRID 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Laboratorio de Biología Vascular del CiMUS de la USC han desvelado que la falta de dos proteínas (llamadas STK24 y STK25) hace que las células de los vasos cerebrales den lugar malformaciones cerebrales llamadas cavernomas que deben su nombre a su aspecto similar a cuevas o cavernas.
Los cavernomas cerebrales son malformaciones de los vasos sanguíneos del cerebro que forman grandes espacios (cavernas) en vez de tubos, que ocupan espacio dentro del cráneo y pueden sangrar. Se forman muchas veces porque falla un gen de los llamados CCM, pero no se sabe exactamente cómo ese defecto en un gen hace que se desarrolle la enfermedad.
"Nuestro descubrimiento muestra que las dos proteínas STK24 y STK25 son importantes en ese proceso, lo que nos permite conocer mejor qué es lo que falla en las células de los cavernomas y puede ayudarnos a descubrir nuevos tratamientos para ellas", explica desde el CiMUS Juan Zalvide, quien dirige el proyecto 'Identificación y testado de dianas para malformaciones cerebrales vasculares'.
"Hasta la fecha se han desarrollado varios modelos celulares que reproducen muchas de las características de las que forman esas malformaciones; sin embargo, el siguiente paso relevante de cara al desarrollo de tratamientos farmacológicos es utilizar esos modelos para identificar moléculas específicas a los que estas células alteradas sean más sensibles que las células sanas, para poder usar esas moléculas como fármacos", señala el investigador.
Se trata de encontrar moléculas que, en el futuro, permitan desarrollar fármacos con los que tratar estas malformaciones cerebrales, trastornos que hasta la fecha sólo son abordables mediante neurocirugía.
La cavernosas cerebrales son malformaciones vasculares evolutivas, que ocurren aproximadamente en una de cada 200 personas, caracterizadas por densos racimos de capilares dilatados de forma irregular, que pueden causar manifestaciones neurológicas variables tales como convulsiones, cefaleas inespecíficas, déficits neurológicos focales, otros trastornos transitorios o progresivos y hemorragias cerebrales.
Con el aspecto de una mora pequeña, evolucionan y ocasionan problemas en el cerebro y en la médula espinal. Estas malformaciones, cuyo tamaño puede variar desde 2 milímetros hasta varios centímetros de diámetro, pueden ser hereditarias, lo que se denomina cavernomatosis familiar y es mucho más rara, pero en la mayoría de los casos aparecen por sí solas.
Hoy en día sólo pueden corregirse con cirugía, que no es aplicable en todos los casos, y, en este sentido, los investigadores del CiMUS pretenden avanzar en otras alternativas mucho menos invasivas y con menor riesgo, como la terapia con fármacos.