MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la Universidad de Pennsylvania (EEUU) han desarrollado un método que puede medir con mayor precisión el dolor en ratones, lo que podría llevar a los investigadores a descubrir nuevas formas de tratar el dolor en pacientes humanos.
"Cuando toco la pata de un ratón, retira la pata. Ese movimiento de retirada es el comportamiento en el que hemos confiado durante décadas para determinar si un analgésico está funcionando. Pero esa retirada es aparentemente la misma, no importa si es suave cepillo o aguja afilada", ha descrito Fried, profesor asistente de biología de Rutgers-Camden. "Entonces, si un ratón mueve su pata, ¿cómo podemos estar seguros de que es porque le duele?"
El estudio, que ha sido publicado en la revista 'Cell Reports', ha sido realizado utilizando vídeo en cámara lenta, técnicas modernas de neurociencia e inteligencia artificial. De esta manera los investigadores han creado una escala del dolor en los ratones.
Así, los vídeos de los científicos revelaron que cuando tocaban la pata del animal con un hisopo de algodón, el ratón levantaba la pata y la volvía a colocar. Sin embargo, cuando un investigador golpeó al animal con un pinchazo, el animal movió su pata, la sacudió y tiró de su cuerpo hacia atrás o la soltó en el aire.
"Es importante destacar que, en lugar de simplemente decir si el ratón tiene dolor o no, ahora podemos evaluar el grado de dolor que tiene el ratón", ha señalado.
"Necesitamos hacer un mejor trabajo para ayudar a los pacientes con dolor crónico sin usar opioides", ha continuado el investigador, que asegura que "probar el tratamiento del dolor en ratones ha sido muy difícil. Este nuevo proceso refina nuestra capacidad para determinar si un ratón tiene dolor, lo que aumenta nuestra confianza en si una nueva tratamiento funcionará en humanos".
Fried ha expresado que otros investigadores pueden aprovechar su trabajo utilizando la nueva técnica en sus laboratorios. Él imagina un 'software' disponible al público que los investigadores pueden descargar y usar para sus propios estudios sobre el dolor.
"Si podemos crear 'software' de código abierto", ha plateado Fried, "entonces es más probable que otros laboratorios lo usen. Y si mejoramos la precisión de nuestras mediciones de dolor en ratones, aumentará inevitablemente las posibilidades de que encontremos nuevas terapias para el dolor en humanos".