MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado en la Facultad de Medicina Rappaport del Technion - Instituto Tecnológico de Israel ha arrojado luz sobre los mecanismos que a veces hacen que la quimioterapia tenga éxito, pero que conducen al desarrollo de metástasis del cáncer, la principal causa de mortalidad por esta enfermedad.
Los actuales tratamientos contra el cáncer son muy eficaces y en muchos casos salvan vidas, como demuestran los estudios clínicos y los datos acumulados a lo largo de los años. Sin embargo, hay pacientes que no responden a este tratamiento y en los que la enfermedad irrumpe después de forma más agresiva, incluyendo metástasis en otros órganos como los pulmones.
Su artículo, publicado en la revista científica 'Cancer Research', explica el mecanismo que provoca la metástasis tras el tratamiento, incluso en los casos en que éste inhibe con éxito el tumor inicial.
Los investigadores se centraron en el desarrollo de metástasis en el tejido pulmonar tras la quimioterapia para el cáncer de mama, la neoplasia más frecuente en las mujeres; también se da en los hombres, aunque en un porcentaje bajo.
Las tasas de supervivencia de las pacientes con cáncer de mama están aumentando gracias a la detección temprana de la enfermedad y a la mejora de las tecnologías de tratamiento. Sin embargo, cuando el tumor hace metástasis en otros órganos, las posibilidades de recuperación caen en picado. Según las estadísticas, se espera que alrededor del 30 por ciento de las pacientes diagnosticadas de cáncer de mama en fase inicial que reciben tratamiento convencional desarrollen metástasis en pocos meses o años.
Las metástasis derivadas del cáncer de mama se deben en parte a la proximidad de la mama a los ganglios linfáticos de las axilas. Esta proximidad facilita que las células cancerosas se abran paso desde la mama hasta el sistema linfático, que es un sistema tubular ramificado muy similar al sistema circulatorio. A través del líquido linfático, las células cancerosas migran a otros órganos como los pulmones, el hígado y los huesos, donde producen metástasis.
La cuestión que preocupa a muchos investigadores del cáncer, en este contexto, es qué condiciones favorecen el proceso metastásico y qué intervenciones médicas podrían contenerlo. "Hoy sabemos que el proceso metastásico no es completamente aleatorio. Las metástasis prosperan en los tejidos donde encuentran apoyo mecánico y un entorno celular favorable", explica el líder de esta trabajo, Yuval Shaked.
Su grupo de investigación descubrió en estudios anteriores que la LOX, una enzima común que afecta a la configuración de los tejidos, puede alterar el tejido pulmonar de forma que facilita que las células cancerosas se adhieran a él y desarrollen metástasis. Cuando los investigadores inhibieron la actividad de la misma enzima, se consiguió una reducción significativa de la capacidad de las células cancerosas para adherirse al tejido pulmonar, reduciendo así la formación de metástasis cancerosas.
En este nuevo estudio, los investigadores también se centraron en la enzima LOX, pero esta vez en un contexto diferente: su implicación en el desarrollo de metástasis tras su secreción por parte de células inmunitarias específicas: Las células T clasificadas como CD8+.
La enzima LOX también puede encontrarse en altas dosis en los tejidos pulmonares de los individuos sanos, sin embargo, esta dosis aumenta rápida y dramáticamente en respuesta a la quimioterapia.
En contra de la creencia popular de que esta enzima se manifiesta en las células mesenquimales, los investigadores se sorprendieron al descubrir que el aumento de la concentración de LOX se debía a su mayor secreción por parte de las células inmunitarias: las células T clasificadas como CD8+.
El aumento de la presencia de esta enzima afecta a las propiedades del tejido pulmonar y lo transforma en un entorno que beneficia a las células cancerosas. Este fenómeno puede explicar por qué algunos pacientes sometidos a quimioterapia desarrollan metástasis incluso después de una atención primaria exitosa. La explicación, como se ha dicho, está en el efecto de la quimioterapia sobre el tejido pulmonar de forma que éste se convierte en un entorno cómodo para las células cancerosas.
"Cuando hablamos del entorno pulmonar en este estudio, nos referimos a la MEC, el entorno extracelular en el que se encuentran las células. Se trata de una compleja red de proteínas que da soporte a la célula tanto estructural y mecánicamente como en varios aspectos funcionales. En el presente estudio hemos descubierto que la actividad de LOX aprovecha el entorno extracelular a favor de las células cancerosas. Tras los cambios que las células T y la enzima LOX provocan en este medio, éste comienza a ayudar a las células cancerosas a crecer, sobrevivir, moverse, dividirse y adherirse entre sí. Además, puede bloquear la entrada de células inmunitarias normales e incluso de fármacos anticancerígenos en la región maligna", apunta Shaked.
El estudio se llevó a cabo en un modelo de cáncer de mama en ratones y con el fármaco anticanceroso 'Paclitixel', pero los investigadores suponen que sus hallazgos serán relevantes para otros fármacos y cánceres, que se espera probar en futuros estudios.
"Nos sorprendió comprobar que los mecanismos de acción que descubrimos, que favorecen el desarrollo de metástasis cancerosas, se activan no sólo en respuesta a las cirugías, como se había descubierto anteriormente, sino también en respuesta a la quimioterapia y a otros fármacos que estamos investigando actualmente", señala otra de las responsables del trabajo, Jozafina Haj-Shomaly.