MADRID 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha conseguido filmar y analizar, por primera vez, la interacción entre dos tipos de linfocitos, T y B, desde las primeras fases del proceso, lo que podría permitir modificar procesos clave en el sistema inmune.
La investigación, que ha estudiado las consecuencias de la secreción de exosomas a raíz de la formación de sinapsis en el proceso de muerte celular programada o apoptosis, ha sido publicada en el último número de la revista 'Cell Death and Differentiation'.
Según explican sus responsables, mediante técnicas avanzadas de imagen, han registrado el momento en que un linfocito T humano interacciona con dos linfocitos B, para formar lo que se denomina 'sinapsis inmune'. En este proceso, filmado a través de un microscopio de fluorescencia, los linfocitos B presentan el antígeno SEE, una proteína procedente de un organismo patógeno externo y que provoca reacciones de defensa inmunitaria, al linfocito T.
"Hemos estudiado el tráfico unidireccional de los cuerpos multivesiculares en el interior del linfocito T hacia la sinapsis. Estos cuerpos multivesiculares contienen en su interior vesículas intraluminales que cuando se expulsan fuera de la célula se denominan exosomas", explica el investigador del CSIC, Manuel Izquierdo.
Según asegura, con este estudio se ha avanzado un paso más en el conocimiento de las bases moleculares. Asimismo, el equipo ha identificado un punto de control esencial en el tráfico de los cuerpos multivesiculares hacia la sinapsis, de forma que si se bloquea la expresión de la enzima, se impide la secreción de los exosomas que inducen la apoptosis o muerte celular.
IMPEDIR LA EXPANSIÓN DE TUMORES
"La carencia o la alteración de este mecanismo proapoptótico de control negativo puede provocar el desarrollo de enfermedades linfoproliferativas y autoinmunes, como es el caso del Síndrome de Canale-Smith", añade Izquierdo.
En este sentido, insiste en que los resultados de este estudio pueden permitir modificar tres procesos clave en el sistema inmune: el control mediante la apoptosis de la población de linfocitos T activados en respuesta a un antígeno, la eliminación por parte de los linfocitos T citotóxicos de aquellas células potencialmente peligrosas para el organismo, como son las células tumorales o las infectadas por un patógeno y contribuir a impedir la diseminación de algunos tumores, como el melanoma, en los que las células tumorales escapan al control del sistema inmune.