ZARAGOZA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores aragoneses, en colaboración con el Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia, han creado un nuevo algoritmo para detectar falsos positivos de colesterol alto. El estudio se ha realizado tras comprobar que había personas que, cumpliendo estrictamente las pautas dietéticas, de ejercicio y meditación, no reducían las cifras altas de triglicéridos en los controles rutinarios.
El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha explicado en una nota de prensa que investigadores de la Unidad de Lípidos del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia han analizado el perfil de las personas en las que se daban estos casos, un varón joven, muy delgado y gran deportista, quien ni con la medicación lograba reducir los valores en sangre de triglicéridos, un factor de riesgo de enfermedades cardiacas.
La investigación ha reunido a pacientes similares y ha concluido que no tenían triglicéridos altos. El problema es que el método diagnóstico generalizado no sirve para ellos por lo que los investigadores han creado un algoritmo diagnóstico nuevo para estas situaciones. Las conclusiones de esta innovadora investigación han sido publicadas en Atherosclerosis, una revista científica mundial de alto impacto en este campo médico.
La doctora en Bióloga Molecular del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Hospital Miguel Servet, Itziar Lamiquiz-Moneo, investigadora del grupo de dislipemias primarias del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), ha precisado que existe una rara enfermedad denominada pseudohipertrigliceridemia (pseudo-HTG), que se produce por un defecto genético y ocurre solo en varones.
Las personas que la padecen presentan en los controles rutinarios una alta cantidad de triglicéridos, pero en realidad esta elevación es falsa y se debe a una interferencia analítica.
Actualmente, cuando se hace una prueba de triglicéridos, lo que se mide en sangre es la molécula llamada glicerol. Con la medición de esa partícula y otros parámetros, se establecen, por extrapolación, las cifras de triglicéridos. Pues bien, los pacientes con pseudo-HTG tienen el glicerol elevado de por sí, por lo que en su caso esa extrapolación no es válida.
REVISIÓN
El Departamento de Sanidad ha detallado que para llegar a esta conclusión, los investigadores han realizado una revisión sistemática de todos los varones con pseudo-HTG en el mundo. Solo había registrados 39, a los que sumaron cuatro diagnósticos nuevos que hizo el grupo durante su investigación.
Compararon los 43 casos con el perfil tipo de la consulta de lípidos, cuyas elevadas cifras de triglicéridos sí están relacionadas con la dieta, el sedentarismo y la obesidad.
Los resultados han reflejado que los pseudo-HTG son muy delgados, sanos en general, sin patologías asociadas, sin diabetes y sus enzimas hepáticas presentan valores normales, mientras que los pacientes con triglicéridos altos presentan todo lo contrario.
Según ha apuntado la doctora Lamiquiz-Moneo, la prueba estándar de triglicéridos "es un método muy útil y acertado para la gran mayoría de la población, pero si damos con un paciente varón que no responde al tratamiento, y que es delgado y sano en general, no siga medicándolo, hágale el algoritmo diagnóstico que hemos establecido", ha aconsejado.
ALGORITMO
Este algoritmo se obtiene tras la suma de puntos atribuidos a distintos valores establecidos en una tabla. Cada valor, entre los que se encuentran la edad, toma de medicación, antecedentes de pancreatitis, peso, glucosa, colesterol HDL y enzima hepática, tiene una puntuación.
Si el paciente obtiene de 10 a 14 puntos, es preciso que se valore un análisis genético para determinar si tiene pseudo-HTG. Los investigadores han señalado que esta puntación posee una amplia utilidad en prácticas clínicas para evitar tratamientos de reducción de lípidos no necesarios en estos pacientes atípicos.
Los investigadores que han desarrollado este trabajo forman parte del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), Universidad de Zaragoza y los Hospitales universitarios Miguel Servet de Zaragoza y Reina Sofía de Murcia.
