Es una neuropatía hereditaria que afecta a 13.000 personas en España
SANTANDER, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Cantabria, en colaboración con especialistas del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) y de la Universidad de Amberes (Bélgica), han logrado demostrar que la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, enfermedad degenerativa hereditaria que afecta a las extremidades, se produce por la mutación del gen denominado LRSAM1.
El trabajo que recoge el descubrimiento, titulado "Charcot-Marie-Tooth Disease Type 2G Redefined by a Novel Mutation in LRSAM1", fue publicado en el número de diciembre de Annals of Neurology, y ha sido objetivo de un editorial en la misma publicación.
"Llevamos décadas estudiando el origen de esta neuropatía", señala José Berciano, profesor emérito de la UC, y "ha sido ahora, gracias a las posibilidades que ofrece la secuenciación genética; combinada con el estudio clínico, es decir, explorando al máximo número de miembros de una familia afecta; el estudio neurofisiológico y, más recientemente, el de imagen, que permite ver si los músculos distales de las piernas están afectos o no, cuando hemos podido determinar cuál es el origen de la afección".
"Hoy en día, somos capaces de ver más allá de los síntomas que presenta el paciente", explica Elena Gallardo, del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV), "puesto que con la resonancia magnética de los músculos de piernas y pies es posible determinar si un sujeto está afectado por la enfermedad o no".
UNOS 13.000 CASOS EN ESPAÑA
La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es la enfermedad del sistema nervioso o neuropatía hereditaria más frecuente, con una prevalencia en Cantabria de 28 casos por 100.000 habitantes, es decir, unos 13.000 en España.
Bajo el acrónimo de CMT2 se incluyen las formas axonales con herencia autosómica dominante. Clínicamente se manifiesta por pie cavo y síndrome de atrofia muscular en torno al peroné de grado variable. Suele comenzar a los 10 o 20 años, pero a veces lo hace más tarde, hasta los 50-60 años.
40 AÑOS DE INVESTIGACIÓN
En 1986, investigadores de la Universidad de Cantabria realizaron un estudio clínico, neurofisiológico y neuropatológico de una extensa estirpe cántabra, que permitió definir el fenotipo como una neuronopatía lumbosacra sensitivo-motora con degeneración axonal dependiente de la distancia.
Casi dos décadas después, los investigadores cántabros, colaborando con el grupo de investigación de Neurogenética de la Universidad de Amberes (Bélgica) y mediante análisis de ligamiento, localizaron la enfermedad en el gen cr12q12-q13.3. En los años siguientes se refinó la localización e, infructuosamente, se abordó el estudio de genes candidatos, según explica el doctor Berciano.
En los últimos cinco años, los investigadores han efectuado una re-evaluación clínica en los pacientes de la tercera y cuarta generación. Antonio García, del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) repitió estudios electrofisiológicos y Elena Gallardo, del Servicio de Radiodiagnóstico, ha efectuado exámenes de resonancia magnética de la musculatura de las piernas, con el protocolo que ella misma había introducido en el estudio de CMT1A con duplicación.
En este punto, los investigadores de la UC establecieron que en Charcot Marie Tooth tipo 2G hay penetrancia incompleta, un fenómeno muy raro en cualquier otro síndrome de Charcot-Marie-Tooth, "lo cual dificulta enormemente cualquier estudio de ligamiento", explican los investigadores.
De esta forma, la resonancia magnética (RM) muscular ha resultado un excelente biomarcador, al detectar una evidente y constante atrofia grasa de la musculatura intrínseca de los pies y en menor grado de los músculos del compartimiento posterior superficial de las piernas.
Valorada conjuntamente, con la semiología clínica, neurofisiológica y de resonancia magnética muscular los investigadores han podido discriminar sujetos afectos, portadores potenciales de una mutación patogénica subclínica (penetrancia incompleta), y sujetos en riesgo pero sanos.
Con una mejor definición fenotípica, el paso siguiente ha sido retomar el análisis de ligamiento genético para después ir a la "caza" de una mutación patogénica, explica Berciano. La resonancia magnética de la musculatura de las piernas puede ser utilizada para detectar signos mínimos de la enfermedad.
El análisis transcriptómico en las células de varios pacientes ha permitido identificar nuevos factores asociados a la disfunción de LRSAM1, que ofrecen nuevas dianas terapéuticas compartidas con la esclerosis lateral amiotrófica y la enfermedad de Alzheimer.
Ahora, "el paso siguiente será poder hacer un consejo genético, es decir, al afectado o afectada por la enfermedad se le puede diagnosticar y proceder a la preimplantación de un óvulo fecundado que no tiene la mutación", señala José Berciano.