MADRID 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una profesora de la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con el Colegio de Optometría del Sur de California (SCCO, por sus siglas en inglés) ha descubierto un sistema que, a través del seguimiento de un protocolo, reduce en un 20 por ciento el rendimiento escolar bajo en lectoescritura.
Según explica el trabajo, que recoge Plataforma Sinc, la incidencia de los problemas de lectoescritura en la población escolar supone un 20 por ciento del total. Entre un 30 y un 85 por ciento de estos problemas están asociados a la visión, que no consiste únicamente en tener dioptrías, sino en tener disminuidas la agudeza visual de cerca, la motilidad ocular, la acomodación, la visión binocular y el procesamiento de la información visual y espacial.
En este sentido, el grupo de trabajo pidió al alumno que realizase un test, especialmente diseño por profesionales, en 6-10 minutos. Posteriormente, se combinó este test con otros para detectar problemas visuales que interfieran en la lectoescritura (con un tiempo de ejecución de 2-5 minutos). Ambos tipos de test se realizaron en el ámbito escolar.
A los niños que presentaban problemas de ambos tipos se les realizó una evaluación visual completa por optometristas especializados. En muchas ocasiones estos niños necesitaron también un tratamiento multidisciplinar. Una vez que se realizó el diagnóstico, se derivó a los pacientes a los especialistas que correspondieran, como optometrista, oftalmólogo, psicopedagogo u otorrinolaringólogo.
En definitiva, se trata de detectar y tratar en una edad temprana las causas que dificultan el máximo rendimiento escolar ya que, sólo en España, más de un millón y medio de niños pueden beneficiarse de los resultados de esta investigación. De hecho, sus responsables consideran que, si se extrapola a toda la población escolar hispanohablante, el número de niños beneficiados superaría los 15 millones.
La evaluación integrada de los problemas de lectoescritura y visuales es una práctica rutinaria en Estados Unidos. A tal fin, existen una serie de protocolos normalizados que permiten la detección de estos problemas en los alumnos de edades escolares tempranas. Esto permite derivar a estos niños a los especialistas pertinentes, de tal forma que, en muchas ocasiones, es posible solucionar o al menos paliar estos problemas.
"La detección temprana de los problemas visuales asociados a la lectoescritura y su tratamiento adecuado pueden reducir el fracaso escolar y la frustración de muchos alumnos", concluyen los expertos.