Señala que la relación entre el estrés y la depresión es clara en los primeros episodios, pero que en las recaídas dominan otros procesos
PAMPLONA, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
La pamplonesa Natalia Elizalde ha identificado algunos mecanismos neurobiológicos que estarían implicados en la depresión crónica y en la vulnerabilidad de algunos pacientes hacia las recaídas. Así lo señala en su tesis doctoral, elaborada en la Facultad de Farmacia y Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Navarra y dirigida por la profesora del departamento de Farmacología Rosa Tordera.
Según la nueva doctora, mientras que en los primeros episodios depresivos la relación causa efecto con sucesos estresantes es "más clara", las recaídas aparecen de manera "más espontánea". "Esto nos lleva a pensar que la depresión crónica o las distintas recaídas son independientes de los sucesos traumáticos y comienzan a aparecer y dominar otros procesos neurobiológicos como los que hemos hallado", ha defendido.
Entre ellos, la investigadora destaca la alteración en la actividad de las neuronas de serotonina en el tronco encefálico, "un problema que se subsana por completo tras el tratamiento antidepresivo". Asimismo, disminuye el factor neurotrófico BDNF en el hipocampo, hecho que podría relacionarse con la atrofia neuronal que se observa a veces en el tejido post-mortem de pacientes deprimidos.
Además, en cuanto a los niveles de los neurotransmisores, señala la experta, se ha hallado que la disminución del GABA en el hipocampo ventral "no se soluciona tras el tratamiento antidepresivo, algo que influiría en la vulnerabilidad a las recaídas que sufren muchas personas".
El estudio también apunta a que el estrés crónico provoca alteraciones en la expresión de los genes implicados en la plasticidad neuronal, a la par que disminuye la proliferación celular y el nacimiento de nuevas neuronas.
DOBLE DE MUJERES
Como explica la investigadora, la depresión es la enfermedad psiquiátrica más diagnosticada en los países desarrollados, donde afecta -en el caso de Europa- al 5% -casos agudos- y el 10% -casos más leves- de la población. "En conjunto", añade la nueva doctora en Farmacia por la Universidad de Navarra, "la incidencia en mujeres duplica a la de hombres, y su prevalencia varía en función de la edad".
En este sentido, resalta el aumento de casos en jóvenes de 15 a 24 años, debido, entre otras causas, a las situaciones de estrés, ansiedad, hiperactividad o déficit de atención.
En relación al estrés y la depresión, Natalia Elizalde aclara que a pesar de tratarse de problemas vinculados, ambos siguen un curso temporal diferente, "ya que los trastornos depresivos una vez iniciados se prolongan durante meses e incluso años, más allá de la exposición al evento que los originó".
"De ahí que la gravedad de la enfermedad no esté tanto en la ineficacia de los tratamientos como en la elevada probabilidad de que se convierta en una dolencia crónica y recurrente", destaca la especialista.
A este respecto la investigadora recuerda que los antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina y/o noradrenalina -fluoxetina (Prozac), paroxetina, citalopram o venlafaxina-, muy utilizados-, "sólo palian parcialmente estos daños, por eso resulta tan importante desarrollar fármacos que restablezcan el funcionamiento del sistema, a lo que podría contribuir este estudio".