MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio coordinado por el grupo del CIBERONC de Francisco Javier Oliver en el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra- CSIC demuestra que los tumores requieren de la participación de la proteína PARP para mantener las condiciones de hipoxia y que, por tanto, los inhibidores de PARP pueden ser utilizados para controlar la hipoxia tumoral.
La hipoxia es un evento común durante el desarrollo del tumor consecuencia del crecimiento tumoral acelerado. Cuando la masa supera un volumen de unos pocos mm3, se producen regiones de baja concentración de oxígeno en las partes internas del tumor. En esta situación, las células deben modificar su metabolismo para hacer frente a este nuevo contexto ambiental.
La adaptación a la situación hipóxica conlleva a la expresión de cientos de genes implicados en el mantenimiento de la supervivencia celular a través de la adaptación metabólica. Todos estos cambios facilitan la supervivencia celular, el crecimiento tumoral, la migración y la metástasis.
"La respuesta hipóxica se asocia con una supervivencia general deficiente, una supervivencia libre de enfermedad más baja y un control loco-regional reducido. Por tanto es fundamental encontrar estrategias terapéuticas que contrarresten la hipoxia tumoral", asegura Juan Manuel Martí, primer firmante del estudio e investigador del CIBERONC.