MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Lush Prize 2018 ha galardonado en Berlín a la científica Pilar de la Puente en la categoría 'Joven Investigador', con una dotación de 10.000 libras, por un proyecto de investigación sobre el papel que ejerce el microambiente tumoral en la progresión del cáncer de mama y la resistencia a fármacos en un laboratorio libre de pruebas animales.
"A pesar de las mejoras significativas en investigación y desarrollo en cáncer, alrededor del 95 por ciento de los fármacos oncológicos en ensayos clínicos no reciben la aprobación de la administración de alimentos y medicamentos", ha explicado la investigadora, que ha desarrollado su proyecto en el centro Sanford Research de Dakota del Sur (Estados Unidos).
"Parte del problema es la falta de modelos preclínicos adecuados que tengan en cuenta la complejidad de la enfermedad y representen con precisión su progresión. Los modelos animales no proporcionan un modelo adecuado para recrear las complejidades de los tumores humanos", ha agregado.
Para ello, desarrollan un nuevo modelo 3D derivado del paciente con cáncer de mama del que obtienen una muestra de sangre para crear un cultivo, también 3D, apropiado donde crecer una biopsia tumoral, e incluyen no sólo las células cancerosas, sino también los demás componentes celulares no cancerosos que tradicionalmente se encuentran en el microambiente tumoral.
"Es un tremendo honor profesional y personal que el comité haya decidido premiar mi investigación en la categoría de 'Joven Investigador'. Recibir este premio supone un reconocimiento profesional a una década de investigación científica enfocada en la creación de modelos relevantes para estudiar cáncer", ha indicado De la Puente.
OJO EN UN CHIP PARA SUSTITUIR LAS PRUEBAS CON CONEJOS
Lush Prize ha reconocido también con el Science prize, dotado con 50.000 libras, un proyecto que consiste en un ojo parpadeante en un chip que puede ayudar a reemplazar la prueba de Draize para medir la irritación ocular y que comporta la colocación de filas de conejos en los laboratorios para administrarles productos químicos en los ojos.
El ojo, compuesto por células humanas, tiene conductos de lágrimas y un párpado móvil que pestañea respondiendo a estímulos externos como lo haría un ser humano o un animal.
"Con una evidencia creciente que apunta a tener en cuenta diferencias considerables entre especies en los procesos biológicos fundamentales, los estudios en animales están planteando importantes preocupaciones científicas, económicas y éticas. Mi investigación durante la última década ha tratado de desafiar el paradigma de la investigación tradicional basada en animales y desarrollar una bioingeniería innovadora", ha indicado el bio-ingeniero coreano-estadounidense Dan Dongeun Huh.