MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 'Informe Anual 2018' elaborado por la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), que se publica anualmente desde 1999, ha confirmado que en el año pasado se consolidó la inversión especializada en biotecnología, tanto en el número como en el volumen total de operaciones de ampliaciones de capital privado.
Y es que, se han identificado 30 operaciones por un importe que supera los 98 millones de euros (1% más que en 2017). "Comparando estos datos con los años anteriores, estamos ante el tercer año consecutivo de crecimiento de la inversión en la industria biotecnológica", ha dicho la organización.
Asimismo, en el trabajo han destacado dos operaciones corporativas, "sin precedentes en España", realizadas por empresas extranjeras y que han alcanzado los nueve dígitos. Se trata del caso de compra por Takeda de TiGenix por 520 millones de euros y el caso de Stat-Dx por Quiagen por 150 millones de euros.
Si se realiza un recorrido histórico desde 2008, los fondos de capital riesgo que invierten en biotecnología han captado casi 600 millones de euros. No obstante, la inversión pública canalizada por CDTI a proyectos empresariales prácticamente mantiene el presupuesto de años anteriores, siendo en 2018 de 29,2 frente a 29,1 millones de euros en el 2017.
"Toca apostar por la capacidad innovadora de nuestro sector, por su alto impacto social y económico. Estamos convencidos que si produjera una mejora de los incentivos en nuestro país al I+D+i del sector público, se produciría todavía un mayor efecto incentivador de inversión hacia el sector privado", ha dicho el director general de Asebio, Ion Arocena.
El crecimiento de las bioempresas ha sido especialmente positivo en empleo, lo que ha generado de forma directa casi 2.400 nuevos puestos de trabajo en las empresas 'biotech' (aquellas empresas que dedican su actividad principal a la biotecnología), un crecimiento del 10,6 por ciento frente al 2,9 por ciento observado para el conjunto de la economía española.
Las empresas biotecnológicas siguen apostando fuertemente por la innovación, lo que las ha convertido en líderes en inversión en I+D, con un 4,3 por ciento con respecto a su producción. Este compromiso con la I+D ha permitido a las empresas biotecnológicas tener un impacto en la economía española de casi 7.000 millones de euros (0,7% del PIB) y casi 2.500 millones de euros para las arcas públicas.
SITUACIÓN DE LAS ENTIDADES SOCIAS DE ASEBIO
Por otra parte, en el informe se ha puesto de manifiesto que las empresas asociadas a Asebio han generado valor a través de casi 200 alianzas estratégicas en 2018 de las cuales la mitad son alianzas público-privadas.
Las colaboraciones con el entorno europeo representan el 27 por ciento del total, sin embargo, la proyección internacional de las alianzas estratégicas se extiende a Estados Unidos (8%), Latinoamérica (3%) y Asia (3%). Casi la mitad de las colaboraciones tienen como objetivo el desarrollo de procesos de I+D, lo que convierte a las alianzas tecnológicas en una parte esencial de la creación de valor con el entorno del sector biotecnológico.
Asimismo, en 2018, las entidades socias de Asebio lanzaron al mercado 86 nuevos productos y servicios en áreas como la medicina personalizada, seguridad alimentaria o bioproductos y biomedicamentos. Además, durante 2018 se crearon 40 empresas biotecnológicas de las cuales 10 están en el País Vasco y nueve en Cataluña.
"Nuestra asociación nació para impulsar el desarrollo del sector biotecnológico español. Veinte años después seguimos apostando por un sector tan transformador como el biotecnológico por su impacto en el bienestar de millones de personas y ayudar a resolver algunos de nuestros mayores desafíos sociales y generacionales", ha zanjado el presidente de Asebio, Jordi Martí.